Tres mil personas pobres y necesitadas fueron acogidas en el Vaticano para la quinta edición del evento musical que combinó arte y solidaridad. Este año, el escenario estuvo iluminado por las armonías del compositor ganador del Oscar, Hans Zimmer, quien interpretó algunas de sus piezas más famosas. “Es importante mirar a los ojos a los más desafortunados y tratarlos como hermanos”, afirmó el artista