En la ciudad natal de Francisco, miles de fieles se reunieron para una misa en la Plaza Constitución, lugar simbólico para el ministerio de Jorge Mario Bergoglio, que denunció la corrupción y los dramas del país en numerosos discursos y homilías. Estuvieron presentes obispos, sacerdotes, representantes de la política y de la sociedad civil. La celebración fue presidida por el arzobispo García Cuerva: "Santo Padre, le necesitamos mucho".