En Ginebra, para la 58ª sesión del Consejo de Derechos Humanos, el Arzobispo Secretario para las Relaciones con los Estados relanza los llamamientos del Papa en favor de la abolición de la pena de muerte y la condonación de la deuda de los países pobres, subrayando la necesidad de un «multilateralismo fuerte» que respete la soberanía de los Estados.