Parecía que la salud del Papa iba mejorando y sin embargo, la tarde del viernes, ha sufrido un revés. El último parte médico indica lo siguiente:
"El Santo Padre esta tarde, después de una mañana transcurrida alternando la fisioterapia respiratoria con la oración en la capilla, presentó un ataque aislado de broncoespasmo que, sin embargo, determinó un episodio de vómitos con inhalación y un repentino empeoramiento del cuadro respiratorio".
De esta manera informaba el último boletín de la Oficina de Prensa de la Santa Sede difundido en la tarde del 28 de febrero, sobre el estado de salud del Papa, hospitalizado desde el 14 de febrero en el Policlínico Gemelli.
"El Santo Padre fue rápidamente aspirado y se inició ventilación mecánica no invasiva, con buena respuesta en el intercambio gaseoso. El Santo Padre permaneció siempre vigilante y consciente, colaborando en las maniobras terapéuticas. Por tanto, el pronóstico sigue siendo reservado. Por la mañana recibió la Eucaristía”, afirma el comunicado.
Ahora serán necesarias entre 24 y 48 horas para evaluar el estado clínico del Papa tras este ataque aislado de broncoespasmo. Según hemos podido saber, gracias a la ventilación mecánica no invasiva los valores de intercambio gaseoso han vuelto a los de antes de la crisis.