En su mensaje para la Cuaresma, los prelados describen la dramática realidad que está destruyendo la sociedad haitiana, denunciando a quienes «destruyen vidas y matan los sueños de tantas familias han perdido toda noción del bien y del mal». Su existencia, señalan, «es el reflejo de una sociedad enferma». El llamamiento a los fieles a realizar «una verdadera peregrinación espiritual hacia la Pascua de Cristo, fuente última de nuestra esperanza»