En el texto del Ángelus preparado por el Pontífice, Francisco recuerda que en la enfermedad nada puede impedir amar y rezar, exhorta a mirar a quien está junto a nosotros en la prueba, reflejo de la luz de Dios. Por último, agradece a los niños que fueron al Hospital Gemelli para estar cerca de él y un pensamiento para la Iglesia sinodal, cada vez más en camino. En su corazón también los países devastados por la guerra.