El prefecto del Supremo Tribunal de la Signatura Apostólica dirigió el Rosario por la salud del Papa y en la introducción recordó las palabras del Ángelus difundido el domingo 16 de marzo, con la invitación a dar «alabanza al Señor que nunca nos abandona». El cardenal también exhortó en esta Cuaresma a pedir al Señor que purifique nuestros corazones, «para que podamos reflejar, especialmente para nuestros hermanos y hermanas más necesitados, un rayo de su amor y de su misericordia».