En la homilía de la misa por la salud del Pontífice, el secretario para las Relaciones con los Estados subraya la gratitud de Francisco «por la cercanía y la oración que se eleva al Cielo tan abundantemente por él». A continuación, el arzobispo se detuvo en la amenaza del mal cada vez más presente en los países en guerra, necesitamos «una diplomacia -afirmó- desprendida de miserables intereses humanos» y a favor del bien común.