En la misa posterior a la publicación del decreto que proclama Venerable al Siervo de Dios en la basílica de Santa Clara de Nápoles, el prefecto del Dicasterio para las Causas de los Santos destacó las tres "juventudes" del vicebrigadier, que dio su vida para salvar la de 22 personas capturadas por los nazis. La muerte no fue para él el "final", sino la "primavera" de su vida.