Francisco se asomó al balcón de la Policlínica por primera vez desde su ingreso, antes de abandonar el hospital donde estaba ingresado desde el 14 de febrero. Saludos, bendiciones y pulgares en alto a las 3.000 personas congregadas en la explanada del hospital, que aplaudieron y gritaron su nombre. Del Pontífice un saludo a Carmela, de 72 años, que sostenía un ramo de flores amarillas: «¡Es buena!»