El análisis de Andrea Tornielli, director Editorial del Dicasterio para la Comunicación del Vaticano, pone el foco en los 38 días que el Papa Francisco ha permanecido ingresado en el Policlínico Gemelli.
Por una parte, remarca que han sido "semanas complicadas para un paciente de 88 años que padecía neumonía bilateral: los boletines médicos no ocultaban la gravedad de la situación, las crisis por las que atravesaba, la complejidad del cuadro clínico".
Por otra parte, señala que no solo los católicos han rezado por él: también personas de otras religiones e incluso no creyentes le han enviado buenos pensamientos.
"Desde la habitación del hospital, en las últimas semanas, Francisco nos ha recordado que la vida vale la pena vivirla en cada momento y que en cualquier momento se nos puede pedir. Nos recordó que el sufrimiento y la debilidad pueden convertirse en una oportunidad para el testimonio evangélico, para el anuncio de un Dios que se hace hombre y sufre con nosotros, aceptando ser aniquilado en la cruz", dice Tornielli.