En la considerada la "madre y cabeza de todas las iglesias del mundo", se respira una profunda historia religiosa que remonta al siglo IV. Esta catedral, que fue el centro de poder de la Iglesia Católica durante siglos, cobra un significado aún mayor en el Jubileo, al ser una de las cuatro basílicas papales que abre sus puertas para ofrecer la indulgencia plenaria a los fieles. En este Año Santo esta basílica no solo es símbolo de fe, sino un refugio espiritual para miles de peregrinos.