Las propuestas del Camino sinodal
Homologar a la Iglesia católica con la protestante
Problemas similares para la Iglesia Evangélica
La mala noticia ha caído como una ducha fría la semana pasada. La Conferencia de Obispos Catòlicos Alemanes ha publicado su informe anual correspondiente al año 2024 en el que constata que 321.611 fieles han abandonado la Iglesia católica. Se confirma de este modo la hemorragia de fieles que ya se experimentaba en años anteriores.
En Roma, la noticia ha causado profunda preocupación, pues tiene lugar en momentos de difícil diálogo entre la Santa Sede y el episcopado alemán. Por otra parte, al descender el número de fieles desciende también la contribución económica que la Iglesia en Alemania puede ofrecer a la Santa Sede, la más importante en Europa.
El fenómeno de las apostasías
El fenómeno de las apostasías de la Iglesia católica se contabiliza con precisión año tras año, pues depende del número de personas que se dan de baja en el registro oficial de las iglesias. De este modo, quedan exentas de pagar el impuesto religioso.
Si bien la sangría del año 2024 ha sido muy dolorosa, es inferior a la de los dos últimos años. En 2023, 402.694 personas abandonaron la Iglesia católica, mientras que en 2022 fueron 520.000. Según estas cifras, en la actualidad, la Iglesia cuenta en el país con 19,8 millones de católicos, el 23,7 % de la población alemana.
En Alemania, el impuesto religioso (Kirchensteuer) constituye un tributo que el Estado cobra a los miembros registrados de determinadas comunidades religiosas, principalmente la Iglesia católica y las iglesias protestantes (luteranas y reformadas), aunque también lo pueden recaudar otras confesiones reconocidas oficialmente.
El impuesto religioso
El impuesto religioso en Alemania corresponde al 8 o el 9 por ciento del impuesto sobre la renta (IRPF). Solo lo pagan quienes están registrados como miembros de una iglesia oficialmente reconocida. Por ejemplo, si una persona paga 10.000 euros de impuesto sobre la renta al año, pagará entre 800 y 900 € de impuesto religioso adicional, si está registrada como miembro de una iglesia.
El impuesto lo recauda el Estado alemán a través del sistema fiscal, y luego lo transfiere a la iglesia correspondiente, quedándose con una pequeña comisión. Este mecanismo se introdujo en 1919 con el objetivo de garantizar la independencia financiera de la Iglesia con respecto al Estado.
Para dejar de pagar el impuesto es necesario apostatar oficialmente de la fe. El trámite se realiza en la oficina local de registro civil o el juzgado (dependiendo del estado). Tras la renuncia, se deja de ser oficialmente miembro de la iglesia. Puede tener consecuencias religiosas (por ejemplo, no poder casarse por la iglesia o no recibir algunos sacramentos).
Secularización y escándalos
El elevado número de apostasías de los últimos años tiene lugar a causa de una compleja serie de causas, entre las que destaca el proceso de secularización que se vive en el país. A esta crisis se le unió el impacto, en 2018 de la publicación por parte de la Conferencia Episcopal Alemana de un devastador informe sobre los abusos sexuales en el seno de la Iglesia.
Otros números fundamentales de la vida de la Iglesia católica en Alemania son negativos: en el último año ha descendido el número de bautismos: en 2024 fueron 116.222, mientras que en 2023 se habían celebrado 131.245. Los matrimonios en la iglesia fueron 22.504, mientras que en el año anterior habían sido 27.565. Como nota positiva, 4.743 creyentes fueron readmitidos en la Iglesia; en 2023 habían sido 4.127.
Para tratar de responder a esta sangría de fieles, el 1 de diciembre de 2019 la Iglesia emprendió el así llamado Camino sinodal, una asamblea formada por obispos, órdenes religiosas, comunidades y laicos representantes del Comité Central de Católicos Alemanes.
Visita ad limian de los obispos alemanes en noviembre de 2022.
Las propuestas del Camino sinodal
En las votaciones de sus asambleas Camino sinodal ha reivindicado entre otras reformas la ordenación sacerdotal de mujeres, una mayor influencia de los laicos en la elección de los obispos, una ceremonia pública de bendición de parejas homosexuales, la reforma de las enseñanzas en materia de ética sexual en del Catecismo de la Iglesia Católica, la posibilidad de ordenar a sacerdotes casados.
Tanto representantes de la Curia Romana como el mismo Papa Francisco han intervenido en varias ocasiones para explicar que esta asamblea de laicos, clérigos y religiosos no tiene el poder para cambiar las enseñanzas de la Iglesia de manera autónoma.
Homologar a la Iglesia católica con la protestante
En junio de 2022 el Papa Francisco, en una entrevista publicada por la “Civiltà Cattolica” explicó que el Camino sinodal alemán, tal y como está organizado, corre el riesgo de homologar a la Iglesia católica con la protestante, dado que acaba asumiendo sus mismos postulados.
“Ya hay una muy buena Iglesia evangélica en Alemania. No necesitamos dos”, explicó el Papa, repitiendo el consejo que ya había dado a monseñor Georg Bätzing, presidente de la Conferencia Episcopal Alemana.
Problemas similares para la Iglesia Evangélica
La preocupación del Vaticano parece ser confirmada por los números. La adopción de un modelo de Iglesia como el de la protestante no reduce el número de las apostasías. De hecho, la Iglesia Evangélica en Alemania (EKD) está viviendo el mismo fenómeno. En 2024, aproximadamente 345.000 protestantes abandonaron formalmente la iglesia. El número de los cristianos evangélicos en el país ha descendido a unos 18 millones.
El constante descenso de fieles implica también menos ingresos para la Iglesia alemana, una de las mayores contribuyentes a nivel económico con la Santa Sede. En 2023, los ingresos de las 27 diócesis alemanas ascendieron a 6.510 millones de euros, prácticamente 330 millones de euros menos, es decir, un 5% en comparación con 2022.