En una peregrinación con un grupo de Nápoles, la hermana Francisca Battiloro, quien lleva 75 años en clausura, rezaba en la Basílica de San Pedro cuando, de repente, se encontró con el Papa que se dirigía a la plaza: «Le había pedido a Dios que me hiciera encontrar con él, pero parecía imposible. En cambio, me lo hizo encontrar». La broma del Papa Bergoglio a la monja que le estrechaba la mano: "¿Eres una de las monjas de Nápoles?", en referencia al afectuoso 'asalto' a las monjas en la Catedral