El Observador Permanente de la Santa Sede ante las Naciones Unidas, monseñor Gabriele Caccia, en el 58º período de sesiones de la Comisión de Población y Desarrollo, expresó su preocupación por las desigualdades que persisten entre los países en el sector de la salud. Para promover el bienestar de todas las poblaciones, se necesita un compromiso “a favor de la dignidad intrínseca de cada persona”, políticas que pongan a las familias en el centro junto con la justicia económica.