Desde que conoció a Dios su vida cambió
Un total de 33 catecúmenos, provenientes de países como El Congo, Perú, Marruecos, Venezuela, Alemania, y varios lugares de España, recibirán los Sacramentos de Iniciación Cristiana en el transcurso de la Vigilia Pascual del Sábado Santo, 19 de abril, en la Catedral Santa María Magdalena y en la Basílica del Sagrado Corazón de Jesús en Getafe.
La primera, a las 23.00 horas, presidida por el obispo diocesano, Mons. Ginés García Beltrán y la segunda, a las 22.00 horas, por el auxiliar, Mons. José María Avendaño Perea.
Edades de 17 a 66 años
Estos adultos, con edades comprendidas entre los 17 y 66 años, han recorrido un largo y profundo proceso de formación, guiados por catequistas y sacerdotes de diferentes parroquias de la diócesis: Alcorcón, Aranjuez, Arroyomolinos, Boadilla del Monte, Fuenlabrada, Humanes de Madrid, Leganés, Móstoles, Parla, San Martín de Valdeiglesias, San Martín de la Vega, Valdemoro, Villaviciosa de Odón o Villanueva de la Cañada.
A través de este camino, han aprendido y vivido la fe cristiana, siguiendo el Ritual de Iniciación Cristiana de Adultos (RICA). Este proceso ha sido esencial para su preparación espiritual, permitiéndoles integrar los valores cristianos en su vida cotidiana y en su relación con Dios, informa la diócesis de Getafe.
Nervios e ilusión
Entre ellos, se encuentra Irene Casado, joven profesora del Colegio Arenales de Arroyomolinos, quien señala que estos días previos los vive “con una mezcla de nervios e ilusión”.
“Es un momento muy especial para mí, algo que he esperado durante mucho tiempo, y ahora que está tan cerca, lo vivo con mucha emoción y gratitud”, explica.
Su proceso de acercamiento a la fe fue de manera gradual, con el testimonio de profesores y amigos: “En el colegio, mis profesores fueron clave en este proceso. Luego, en la universidad y en el trabajo, algunos compañeros me ayudaron a integrarme más en la comunidad. Además, otras personas me han mostrado lo bueno que es tener a Dios presente en el día a día. He encontrado una paz y una alegría que antes no tenía”, subraya.
Desde que conoció a Dios su vida cambió
Otra de las catecúmenas, Lorena Millán, de la Parroquia Santos Justo y Pastor de Parla, destaca que desde que conoció a Dios su vida cambió. “Desde ese momento, lo tenía claro: quería ser hija suya, no solo de deseo, por eso decidí informarme para ser bautizada”, explica.
En este proceso, su primera ayuda se la ofreció una de sus mejores amigas, quien ahora va a ser su madrina: “Ella me acompañó a la iglesia y desde ahí comencé mi formación”.
“A principios de 2024 empecé las catequesis, hasta hoy, prácticamente un año y medio. Todo este tiempo ha sido intenso y precioso, he aprendido, he conocido a Dios en profundidad y puedo decir que no quiero alejarme nunca de Él. Gracias a Él, soy feliz”, asegura.
Lorena añade que “solo puedo dar gracias a Dios y a todos los que me han ayudado y han estado ahí conmigo durante este tiempo, y gracias también a la Iglesia por hacerlo posible, porque ha sido mi casa desde entonces”.
"El bautizo es un gozo"
Hasta llegar a la Vigilia Pascual, tanto Irene como Lorena y el resto de los catecúmenos han estado acompañados por catequistas y sacerdotes. Una de estas catequistas es Carmen Iglesias, que ha formado a niños y a adultos en Humanes de Madrid y para quien esta celebración es una gran alegría: “Ver cómo el Señor llama y les toca el corazón en un momento de sus vidas, y que los llama al Bautismo, es un gozo”.
“Los adultos en el fondo son como los niños, vienen con ganas de conocer, de saber, de crecer en el amor de Dios, responden a una llamada y buscan lo que todos, la felicidad y el amor que solo Dios les puede dar plenamente, vivamos, lo que vivamos, porque estamos hechos para eso: para amar”, destaca Carmen.
Esta catequista subraya que “preparar cada sesión es un regalo y una catequesis para mí también porque profundizas y rezas con la Palabra que tienes que transmitir. Ser catequista es una gracia del Señor para ayudar en la evangelización”.
“El Señor lo hace todo, son sus méritos, no los míos, que no soy ejemplo de nada, solo instrumento para que otros se acerquen a Él”, concluye.