Los medios de comunicación le denominan el “James Bond” de la Iglesia. Y parece que en las entrevistas no le disgusta que le llamen así. Aunque su cargo es el de oficial del Dicasterio para la Doctrina de la fe. Su nombre es Jordi Bertomeu.
Bertomeu, prelado de Honor de Su Santidad, es investigador del Papa en misiones especiales. Su misión trasciende con mucho a su puesto en Doctrina de la fe desde que el Papa le hace este tipo de encargos. Uno de ellos, el Sodalicio de Vida Cristiana, hoy disuelto.
Una entrevista relevante
Si hay una entrevista relevante en este momento de la Iglesia, es la que le hicieron al sacerdote catalán, tortosino, Jordi Bertomeu en la cadena RAC1 esta semana en horario de máxima audiencia.
Una entrevista de algo más de treinta minutos, práctica inusual en un programa de máxima audiencia, en la que, además del conductor, estaba también la periodista Mònica Terribas, autora del documental “El minuto heroico”. Con quien por cierto Bertomeu dio muestra en antena de cierta complicidad.
Sodalicio de Vida Cristiana
El lunes, en el programa de RAC1 “El món con Jordi Basté”, uno de los espacios más escuchados de esa cadena, el invitado estrella fue Jordi Bertomeu.
La entrevista versó inicialmente sobre el Sodalicio de Vida Cristiana y sus entramados financieros. Pero, a partir de preguntas concretas sobre el caso del Sodalicio, Bertomeu realizó algunas afirmaciones sobre la situación eclesial general que no pueden pasar inadvertidas.
Describiendo la historia del Sodalicio señaló que “en esos años, 80, 90, principios del 2000, la Iglesia tenía una cierta sospecha sobre aquellas organizaciones vinculadas a la parroquia, organizaciones que vivían de toda la vida o los institutos religiosos de toda la vida”.
Obispos negligentes
“Aquí en Europa veían una crisis, una crisis por la secularización, y veían nuevos movimientos, aparecían nuevos movimientos que tenían mucha esperanza, mucha esperanza misionera, y de cierta manera se les dio una carta blanca. Entonces, en esta carta blanca hace que algunos obispos, sobre todo los obispos que son los responsables directos del pueblo que se les ha confiado, sean un poco negligentes en lo que es la vigilancia de estos nuevos grupos. Y van creciendo, y van creciendo a veces como un tumor”.
Un crecimiento que conduce a que “ahora, cuarenta años después, nos encontramos con la desagradable sorpresa de que tenemos que actuar, pero que llegamos, tal vez, en retardo”.
La descripción de los entramados financieros del Sodalicio es detallada en las respuestas de Bertomeu. También llega referirse a la Fiscal General del Estado de Perú, Patricia Benavides, a quien califica de corrupta, y a las relaciones entre el periodista Alejandro Bermúdez, exmiembro del Sodalicio y fundador de Aciprensa, con el Vicepresidente de los Estados Unidos JD Vance.
De Putin a Trump
Esta relación le está llevando a Bertomeu a realizar a una serie de investigaciones, que “me va a hacer también a ir a Polonia a hablar con algunos periodistas que habían investigado esta red que venía desde Moscú” -señala-, y que ahora se centran en Konstantin Maloféyev, de quien afirma es miembro del Consejo directivo de CitizenGo, persona cercana a la órbita de Putin. Citizen Go es una iniciativa de la constelación Hazte Oír.
A Alejandro Bermúdez, en la entrevista, Bertomeu lo relaciona con el actual embajador de EEUU en la Santa Sede, Brian Burch, en medio de una serie de análisis críticos de la política exterior de Trump y sobre su pretensión de nombramientos de obispos católicos favorables a él en Norteamérica.
A lo que añade una referencia a una notificación reciente de los Estados Unidos a la Secretaría de Estado del Vaticano sobre Alejandro Bermúdez.
Connivencias
En un momento de la entrevista, Mònica Terribas le pregunta “¿si es verdad que el Sodalicio no hubiera progresado en el Perú sin la ayuda del cardenal Cipriani, que es el primer cardenal que ha tenido el Opus Dei, miembro numerario del Opus Dei, o el alcalde de Lima, Rafael López Aliaga, que estas alianzas entre dos instituciones muy diferentes, el Sodalicio y el Opus Dei, pero el cardenal Cripriani y el alcalde de Lima habían sido claves en el desarrollo del Sodalicio?”.
La respuesta de Jordi Bertomeu fue: “Desgraciadamente es cierto, está demostrado. Yo conozco gente del Opus Dei maravillosa, muy buena. Y también gente desgraciadamente muy delincuente. En ese caso está demostrado. En el año 2011 recibe denuncias por abusos, y abusos sexuales, en la Fraternidad Mariana de la Reconciliación, la rama femenina del Sodalicio, y les dio el reconocimiento canónico diocesano a la Fraternidad si ya como mínimo estaba la sospecha de que allí había abusos. Había una connivencia con el fundador.”
Jordi Bertomeu, que se entiende actúa con suma discreción, en estos días pasados fue protagonista de una noticia en el diario digital “El Español”, titulo “La mano derecha de monseñor Jordi Bertomeu, el agente 007 del Vaticano, amenaza a órdenes religiosas en Perú”. Versaba sobre el papel de Manel Riera, ex de CIU, en la intervención de varias instituciones eclesiales en Perú.