El cardenal Jean Marc Aveline, nuevo presidente del episcopado francés… y “papable”
La situación de la Iglesia en Francia  Origen español  en el norte de África La relación de Cristo con las demás religiones Profesor de teología de las religiones Pastor de la “fraternidad en salida” Los desafíos como presidente del episcopado En la lista de los “papables” Elegido en la primera vuelta con el 80% de […]

La situación de la Iglesia en Francia 

Origen español  en el norte de África

La relación de Cristo con las demás religiones

Profesor de teología de las religiones

Pastor de la “fraternidad en salida”

Los desafíos como presidente del episcopado

En la lista de los “papables”

Elegido en la primera vuelta con el 80% de los votos por los obispos franceses, los analistas le presentan ahora entre los posibles sucesores de Bergoglio.

La situación de la Iglesia en Francia 

Cuando el 2 de abril pasado, los obispos franceses estaban llamados a escoger a su presidente, una pregunta circulaba entre los periodistas: ¿quién se atreverá a  presentarse para un puesto que hoy sólo trae disgustos?

La Iglesia en el país galo vive en estos momentos una difícil crisis entre el galopante avance de la secularización, y el golpe generado por la magnitud de los escándalos provocados por figuras icónicas del cristianismo. En un país, donde varios obispos y numerosos sacerdotes afrontan problemas de “burnout”, presentarse como líder del episcopado no era visto precisamente como un hobby.

Se comprende así que el candidato que se atrevió a dar un paso adelante, el cardenal Jean‑Marc Aveline, arzobispo de Marsella, de 66 años, saliera escogido, junto a la gruta de Lourdes, al primer turno, en diez minutos, con el 80% de los votos del episcopado. 

Los prelados franceses vieron en el purpurado, profundamente alineado con los objetivos del pontificado del Papa Francisco, el perfil más idóneo para comenzar una nueva etapa de la Iglesia en Francia. 

Origen español  en el norte de África

Jean‑Marc Noël Aveline nació el 26 de diciembre de 1958 en Sidi Bel Abbès, entonces territorio de la Argelia francesa, en una familia obrera de ferroviarios inmigrantes del sur de España. 

Tras la independencia de Argelia, cuatro años después, en 1962, él y su familia tuvieron que ser transferidos a las afueras de París, en Colombes hasta 1966. En ese año, las difíciles condiciones por las que atravesaba la familia se cobraron la vida de su hermanita pequeña, Martine, que había nacido el año anterior.

El pequeño Jean-Marc no tenía más que ocho años y él también, así como su otra hermana, Marie‑Jeanne, estaban enfermos. El padre pidió ser mutado al clima más clemente de Marsella, más acorde con sus orígenes españoles. Aquella experiencia de desarraigo alimentaría una profunda empatía por los migrantes en el corazón de Jean-Marc.

Ya en el sur de Francia, tras el liceo, ingresó en 1977 en el seminario de Aviñón y prosiguió en el Seminario de los Carmelitas de París. Allí obtuvo la licenciatura en Teología en el Institut Catholique y, paralelamente, en Filosofía por la Sorbona. Fue ordenado sacerdote por la archidiócesis de Marsella el 3 de noviembre de 1984.

El arzobispo de Marsella, Cardenal Jean-Marc Aveline.

La relación de Cristo con las demás religiones

En el año 2000, defendió su doctorado con la tesis “Hacia una teología cristológica de las religiones”.  Aveline ofrece una perspectiva que busca equilibrar la fidelidad a la tradición sobre la naturaleza  divina de Cristo, con la apertura al diálogo con las demás religiones.

La tesis crítica lo que en Francia se llama el “exclusivismo” cerrado: sin negar la singularidad de Cristo, constata que una visión cerrada impide cualquier diálogo interreligioso fecundo.

Al mismo tiempo, la tesis supera el “pluralismo” indiferenciado, subrayando los riesgos de modelos que colocan a todas las religiones en un mismo plano, diluyendo el anuncio cristiano y la persona de Cristo.

Presenta como propuesta una cristología en clave relacional, donde Cristo es principio de encuentro y no de oposición, inspirándose en la lógica del “Logos” que se hace carne en cada cultura.

De ahí surge el sentido del diálogo con el Islam y el judaísmo, que abre líneas de colaboración especialmente aplicables al contexto de Marsella y el Mediterráneo.

Profesor de teología de las religiones

Aveline ha dedicado buena parte de su vida a la enseñanza. Entre 1986 y 2007, fue profesor de Teología bíblica y sistemática en el seminario interdiocesano, del que acabó siendo director de estudios. En 1992, fundó el Instituto de ciencia y teología de las religiones de Marsella con el objetivo de impulsar el diálogo fe‑culturas en clave mediterránea. Fue su director durante una década.

En paralelo, convirtió el antiguo Instituto de San Juan de Marsella en el Instituto Católico del Mediterráneo, asociado a la Universidad Católica de Lyon, que se ha convertido en referencia de teología contextual, enfoque teológico que busca interpretar y vivir la fe cristiana desde las realidades culturales y sociales específicas de una comunidad o grupo humano.

Pastor de la “fraternidad en salida”

Benedicto XVI lo nombró consultor del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso en 2007. Francisco le eligió como obispo auxiliar el 19 de diciembre de 2013 y arzobispo metropolitano de Marsella el 8 de agosto de 2019. Como vicario general primero y pastor después, ha reorganizado la diócesis según “un modelo de fraternidad en salida”, volcando esfuerzos en barrios musulmanes y puertos donde llegan los sin papeles del Magreb.

En el consistorio del 27 de agosto de 2022, Aveline fue creado cardenal, convirtiéndose en brazo derecho del Papa en Francia. Un año más tarde convenció al Papa para presidir en Marsella los Encuentros Mediterráneos 2023, ocasión en la que Jorge Mario Bergoglio denunció el “naufragio de la civilización” ante la tragedia que viven tantos migrantes —un éxito diplomático atribuido al carisma persuasivo del purpurado marsellés.

Entre 2017 y 2022 presidió el Consejo para las Relaciones Interreligiosas de la Conferencia Episcopal Francesa, forjando contactos con imanes y rabinos de todo el país —base de la inédita Declaración de Marsella contra el antisemitismo (2021). En 2024 el Papa le nombró miembro del Dicasterio para los Obispos. 

Ese mismo año lo designó enviado especial para el 350 aniversario de la Archidiócesis de Quebec, en Canadá, confirmando su perfil de diplomático “multipolar”. 

Los desafíos como presidente del episcopado

Tras el tremendo shock provocado por el “Informe Sauvé”, que sacó a la luz el elevado número de víctimas de abusos sexuales cometidos por el clero, los obispos han buscado ahora a un líder capaz de impulsar la renovación iniciada en los últimos años y Aveline, en su archidiócesis, ha manifestado que la protección de menores “no admite marcha atrás”

En la Francia laica, Aveline ha evitado la confrontación como lenguaje de comunicación. Más bien, ha asumido un talante dialogante —frecuente interlocutor de musulmanes y judíos en Marsella—, ofreciendo un perfil pacificador ante un laicismo crecientemente agresivo. 

Por otro lado, ha impulsado el compromiso evangelizador, considerando el creciente número de adultos que piden el bautismo en Francia como un “signo de los tiempos”, llamando a la Iglesia a ser capaz de “escuchar” y “acompañar”.

En la lista de los “papables”

Después ser elegido presidente del episcopado, Aveline envió un saludo a sus feligreses en el que explicaba: “Con San Juan Pablo II, quise decirles a los obispos: ‘¡No tengáis miedo!’. Cuando el Señor está en la barca, a menudo hay tormenta. Pero ni la espuma de los días, ni la angustia de los tiempos, que siempre tendremos que afrontar con valentía, pueden prevalecer sobre la dulzura divina de Cristo resucitado”.

Analistas, como los creadores de la página especializada College of Cardinals Report le presentan entre los “papables” en un eventual cónclave.

 

 

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