La Salus Populi Romani, a la que Francisco confió las «esperanzas y preocupaciones», «alegrías y tristezas», «sueños y expectativas» del mundo, vela la oración recitada en el parvis de la basílica liberiana. Una fila silenciosa, compuesta por diferentes generaciones, se formó ya por la tarde para dejar una dedicatoria personal junto a la Puerta Santa […]
La Salus Populi Romani, a la que Francisco confió las «esperanzas y preocupaciones», «alegrías y tristezas», «sueños y expectativas» del mundo, vela la oración recitada en el parvis de la basílica liberiana. Una fila silenciosa, compuesta por diferentes generaciones, se formó ya por la tarde para dejar una dedicatoria personal junto a la Puerta Santa del Jubileo.
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