El cardenal arzobispo de Luxemburgo, relator general del Sínodo, se detiene en la figura y el pontificado de Francisco, al que recuerda como un hombre evangélico, abierto a los demás y cercano en la oración a Jesús.
El cardenal arzobispo de Luxemburgo, relator general del Sínodo, se detiene en la figura y el pontificado de Francisco, al que recuerda como un hombre evangélico, abierto a los demás y cercano en la oración a Jesús.