Ya sabemos que el próximo Papa será elegido por los cardenales electores menores de 80 años y que deberá obtener dos tercios de los votos, es decir, 89. Lo habitual, es que de entre los 135 electores, salga el Pontífice.
Pero no hay que olvidar un dato interesante: los cardenales pueden votar por alguien que no sea cardenal. Los requisitos que debe reunir el candidato es que sea una persona bautizada en la Iglesia católica, hombre, que no esté casado; puede ser cardenal, pero también obispo, sacerdote, diácono y un laico católico. Eso sí, hay que tener al menos 35 años y haber estudiado en la Universidad los cursos de Sagrada Escritura, Teología o Derecho Canónico.
Pues resulta que, en la historia reciente, se ha votado por alguna persona que no era cardenal ni estaba en el cónclave, aunque luego no fue elegido papa. Sin ir más lejos Giovanni Montini (posteriormente Papa Pablo VI) recibió dos votos en el cónclave de 1958 para elegir sucesor de Pio XII, del que salió elegido Angelo Roncalli, patriarca de Venecia, en la undécima votación. Sería Juan XXIII.
Montini había trabajado en la Secretaría de Estado de la Santa Sede y era uno de los más cercanos colaboradores de Pío XII, quien le nombró arzobispo de Milán.
¿Podría pasar algo parecido en este cónclave de 2025? Lo más probable es que no.
Sin embargo, hablando con algunos colegas, comentábamos que en la actualidad hay algunos obispos muy heroicos, carismáticos, con una formación sólida y con capacidad de atracción. Y nos aventuramos a decir dos nombres.
Por una parte, el obispo más joven de Alemania, Stefan Oster, salesiano, nombrado por Francisco en 2014 obispo de Passau. Su carisma, defensa de la doctrina y su amable oposición al Camino Sinodal dentro de la Iglesia en Alemania (defendiendo así las directrices del Papa Francisco) le han convertido en un referente. El Papa Bergoglio le invitó personalmente al sínodo de la Sinodalidad.
Y otro referente es el obispo noruego Erik Varden, monje cisterciense, aunque demasiado joven: tiene tan solo 50 años. De padres agnósticos, descubrió a Dios de una forma milagrosa y tumbativa. Ha sido el primer obispo católico en ser ordenado en la catedral de Trondheim después de la reforma protestante en su país. Es presidente de la Conferencia Episcopal Escandinava. Un hombre carismático, cercano, intelectual, profundo conocedor de la doctrina de la Iglesia, fiel a Francisco y a su legado.
En fin, hay más obispos e incluso algún que otro sacerdote que son referentes de la Iglesia. Realmente, un cardenal es creado tal para ayudar al Papa en su tarea de Gobierno y para ser ejemplo de todos los fieles católicos.
No nos queda otra, a los católicos, que seguir rezando al Espíritu Santo.
Zenón de Elea.