La bofetada de China a Francisco ante su mismo ataúd: su ausencia en el funeral tendrá consecuencias
China, amor de juventud de Bergoglio Diálogo con Pekín a pesar de las críticas Estupor entre los analistas Una oportunidad perdida Consecuencias para el cónclave Las imágenes de televisión del funeral del Papa Francisco en la plaza de San Pedro del Vaticano mostraron al mundo entero congregado alrededor de su féretro. Bueno, en realidad, esta […]

China, amor de juventud de Bergoglio

Diálogo con Pekín a pesar de las críticas

Estupor entre los analistas

Una oportunidad perdida

Consecuencias para el cónclave

Las imágenes de televisión del funeral del Papa Francisco en la plaza de San Pedro del Vaticano mostraron al mundo entero congregado alrededor de su féretro. Bueno, en realidad, esta imagen no es veraz. Había una ausencia desgarradora para Jorge Mario Bergoglio: la China de Xi Jinping.

Vladimir Putin, al menos, estaba presente con una delegación oficial. China ausente total. Ningún obispo católico de la gran China continental recibió permiso para viajar a Roma.

En los comentarios periodísticos parece hoy como si nadie se atreviera a constatarlo. Pekín, que no mantiene relaciones diplomáticas con la Santa Sede, impidió cualquier tipo de delegación.

China, amor de juventud de Bergoglio

Desde el comienzo de su pontificado, Francisco mostró una atención especial hacia China. En repetidas ocasiones, expresó su amor por el pueblo chino y su deseo de visitar ese país al que siempre se dirigía con el adjetivo “querido”.

Durante su formación como jesuita, el joven Bergoglio manifestó a sus superiores su intención de ser enviado como misionero a China, siguiendo el ejemplo de grandes figuras como el padre Matteo Ricci. Sin embargo, su destino fue muy diferente: por razones de salud y también por decisión de sus superiores, se quedó en Argentina… y llegaría a ser Papa.

Como obispo de Roma, se propuso reactivar el diálogo entre China y el Vaticano, estancado desde hacía mucho tiempo, y en 2018 consiguió un acuerdo sobre el nombramiento de obispos en China.

Diálogo con Pekín a pesar de las críticas

A pesar de las duras críticas tanto dentro como fuera de la Iglesia, Francisco persistió en tender puentes con Pekín, creyendo en la  posibilidad de que ese acuerdo liberaría en buena parte la contribución positiva de los católicos a la sociedad china.

Nunca renunció a China, ni siquiera cuando sus líderes se mantuvieron distantes e impredecibles. Y este compromiso no era solo en beneficio de los católicos chinos; para Francisco, se trataba también de reconocer el papel y la contribución de China al mundo.

Y, sin embargo, a pesar de doce años de esfuerzos personales y persistentes para construir la confianza y el diálogo, a menudo frente a una oposición tremendamente agresiva, China decidió no enviar ni una sola delegación al funeral de Francisco. Ni siquiera un representante.

Estupor entre los analistas

La agencia asiática Ucanews comenta: “Puede que lleve tiempo comprender plenamente qué llevó a una falta tan llamativa de tacto y dignidad. Es cierto que al día siguiente del fallecimiento del papa se emitieron condolencias oficiales. Sobrias y profesionales, reflejaban una cierta normalización de las relaciones entre China y la Santa Sede. Pero las palabras por sí solas nunca pueden sustituir a una presencia humana y fraternal. Nadie esperaba que asistieran los máximos dirigentes chinos, pero sin duda habría sido apropiada una delegación modesta, o al menos uno o dos obispos chinos”.

Sin embargo, no acudió nadie.

La misma agencia Ucanews, citando fuentes extraoficiales, revela que China habría pedido al Vaticano en preparación del funeral que excluyera del funeral la participación de la delegación de Taiwán. La Santa Sede, de hecho, mantiene relaciones diplomáticas con Taiwán. Cuando el Vaticano se negó echando mano de toda la diplomacia posible, China decidió boicotear las exequias.

El Papa Francisco pasa delante de una bandera de la República de China.

Una oportunidad perdida

La agencia católica asiática constata: “En un momento en que China se posiciona como alternativa al imperialismo estadounidense y defensora del multilateralismo, es difícil entender por qué ha considerado necesario desairar a una de las voces más compasivas del multilateralismo: el papa Francisco”.

Michel Chambon, teólogo y antropólogo, profesor en la Universidad Nacional de Singapur, constata: “Con su ausencia, China ha dado la espalda a un amigo leal y un socio exigente. Después de esto, será más difícil descartar a quienes afirman que China, en el fondo, no busca socios ni amigos, sino vasallos”.

“Mientras denuncia la codicia estadounidense y condena los aranceles hegemónicos, China no ha honrado a un servidor del bien común –añade Michel Chambon–. Su ausencia en el funeral de Francisco no hace sino profundizar el escepticismo entre sus vecinos y el resto del mundo: ¿es China realmente diferente de los hegemónicos a los que critica?”.

Consecuencias para el cónclave

Según el analista, “esta ausencia también tendrá consecuencias dentro del propio cónclave. Aunque es demasiado pronto para evaluar su alcance, está claro que los cardenales que abogan por un diálogo constructivo con China tendrán más dificultades para hacerse oír. La ausencia de China no ayuda al proceso de discernimiento y consenso dentro del cónclave”.

“En un mundo cada vez más polarizado, eso no es una buena noticia. Seamos creyentes o no, el mundo necesita figuras como Francisco, personas capaces de elevarse por encima de las diferencias nacionales, la codicia económica y las divisiones ideológicas”, concluye Chambon.

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