En una entrevista con Vatican News, el arzobispo John Kennedy, quien fue jefe de la Sección Disciplinaria del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, recuerda al Papa Francisco como un pastor cariñoso, quien ofreció a los fieles católicos una clase magistral y, mediante la atención y preocupación del difunto Papa hacia todas las víctimas de abusos, quiso hacer todos los esfuerzos posibles para proteger a los niños y ofrecer justicia a los heridos.