Primer saludo y bendición Urbi et Orbi
Homilía en Misa pro Ecclesia con los cardenales
Discurso al colegio cardenalicio
"En las primeras palabras de León XIV hay una indicación preciosa para la vida de la Iglesia", así se expresa Andrea Tornielli, Director Editorial del Dicasterio para la Comunicación del Vaticano en su editorial de Vatican News.
Recogemos las frases más destacadas del Papa León XIV en estos primeros cuatro días de ministerio Petrino.
Primer saludo y bendición Urbi et Orbi
Jueves 8 de mayo, primer saludo y bendición Urbi et Orbi: “¡La paz esté con todos ustedes! Queridísimos hermanos y hermanas, este es el primer saludo de Cristo Resucitado, el Buen Pastor que dio la vida por el rebaño de Dios. También yo quisiera que este saludo de paz entrara en sus corazones, llegara a sus familias, a todas las personas, dondequiera que estén, a todos los pueblos, a toda la tierra. ¡La paz esté con ustedes!”
Jueves 8 de mayo, primer saludo y bendición Urbi et Orbi: Ésta es la paz de Cristo Resucitado, una paz desarmada y una paz desarmante, humilde y perseverante. Viene de Dios, Dios que nos ama a todos incondicionalmente. ¡Aún conservamos en nuestros oídos aquella voz débil pero siempre valiente del Papa Francisco bendiciendo Roma!
Jueves 8 de mayo, primer saludo y bendición Urbi et Orbi: “Dios nos quiere bien, Dios los ama a todos, ¡y el mal no prevalecerá! Todos estamos en las manos de Dios. Por lo tanto, sin miedo, unidos mano a mano con Dios y entre nosotros, sigamos adelante. Somos discípulos de Cristo. Cristo nos precede.”
Jueves 8 de mayo, primer saludo y bendición Urbi et Orbi: “El mundo necesita de su luz. La humanidad lo necesita a Él como el puente para ser alcanzada por Dios y su amor. Ayúdennos también ustedes, unos a otros, a construir puentes, con el diálogo, con el encuentro, uniéndonos todos para ser un solo pueblo siempre en paz. ¡Gracias al Papa Francisco!”.
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Homilía en Misa pro Ecclesia con los cardenales
Viernes 9 de mayo, Homilía en Misa pro Ecclesia con los cardenales en la Capilla Sixtina: Comienzo con unas palabras en inglés, y el resto será en italiano. Quisiera repetir la frase del salmo responsorial: «Canten al Señor un canto nuevo, porque Él hizo maravillas» (Sal 98,1). Y en efecto, no sólo conmigo, hermanos míos cardenales, sino con todos nosotros, como lo celebramos esta mañana. Los invito a reconocer las maravillas que el Señor ha hecho, las bendiciones que el Señor sigue derramando sobre todos nosotros, a través del ministerio de Pedro.
Viernes 9 de mayo, Homilía en Misa pro Ecclesia con los cardenales en la Capilla Sixtina: Ustedes me han llamado a cargar esa cruz y a ser bendecido con esa misión. Y sé que puedo contar con todos y cada uno de ustedes para caminar conmigo, mientras continuamos, como Iglesia, como comunidad de amigos de Jesús, como creyentes, anunciando la Buena Nueva y proclamando el Evangelio.
Viernes 9 de mayo, Homilía en Misa pro Ecclesia con los cardenales en la Capilla Sixtina: En Él Dios, para hacerse cercano a los hombres, se ha revelado a nosotros en los ojos confiados de un niño, en la mente inquieta de un joven, en los rasgos maduros de un hombre (cf. Concilio Vaticano II, Const. pastoral Gaudium et spes, 22), hasta aparecerse a los suyos, después de la resurrección, con su cuerpo glorioso. Nos ha mostrado así un modelo de humanidad santa que todos podemos imitar, junto con la promesa de un destino eterno que, sin embargo, supera todos nuestros límites y capacidades.
Viernes 9 de mayo, Homilía en Misa pro Ecclesia con los cardenales en la Capilla Sixtina: Hoy también son muchos los contextos en los que la fe cristiana se retiene un absurdo, algo para personas débiles y poco inteligentes, contextos en los que se prefieren otras seguridades distintas a la que ella propone, como la tecnología, el dinero, el éxito, el poder o el placer.
Viernes 9 de mayo, Homilía en Misa pro Ecclesia con los cardenales en la Capilla Sixtina: Hablamos de ambientes en los que no es fácil testimoniar y anunciar el Evangelio y donde se ridiculiza a quien cree, se le obstaculiza y desprecia, o, a lo sumo, se le soporta y compadece. Y, sin embargo, precisamente por esto, son lugares en los que la misión es más urgente, porque la falta de fe lleva a menudo consigo dramas como la pérdida del sentido de la vida, el olvido de la misericordia, la violación de la dignidad de la persona en sus formas más dramáticas, la crisis de la familia y tantas heridas más que acarrean no poco sufrimiento a nuestra sociedad.
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León XIV saludo a la multitud de fieles y peregrinos reunidos en la Plaza de San Pedro (@Vatican Media).
Discurso al colegio cardenalicio
Sábado 10 de mayo, discurso al colegio cardenalicio: Ustedes, queridos cardenales, son los más estrechos colaboradores del Papa, y esto me sirve de consuelo al aceptar un yugo que claramente supera no sólo mis fuerzas, sino a las de cualquier otro. Su presencia me recuerda que el Señor, que me ha confiado esta misión, no me deja solo con la carga de esta responsabilidad. Ante todo, sé que cuento siempre, siempre, con su auxilio, el auxilio del Señor, y, por su Gracia y Providencia, con la cercanía de ustedes y de tantos hermanos y hermanas que en el mundo entero creen en Dios, aman a la Iglesia y sostienen con la oración y las buenas obras al Vicario de Cristo.
Sábado 10 de mayo, discurso al colegio cardenalicio: El Papa, desde san Pedro hasta mí, su indigno sucesor, es un humilde siervo de Dios y de los hermanos, y nada más que esto. Lo han demostrado bien los ejemplos de muchos de mis predecesores, como el del Papa Francisco mismo, con su estilo de total dedicación al servicio y de sobria esencialidad de vida, de abandono en Dios durante el tiempo de la misión y de serena confianza en el momento del retorno a la Casa del Padre. Recojamos esta valiosa herencia y retomemos el camino, animados por la misma esperanza que nos viene de la fe.
Sábado 10 de mayo, discurso al colegio cardenalicio: Precisamente, al sentirme llamado a proseguir este camino, pensé tomar el nombre de León XIV. Hay varias razones, pero la principal es porque el Papa León XIII, con la histórica Encíclica Rerum novarum, afrontó la cuestión social en el contexto de la primera gran revolución industrial y hoy la Iglesia ofrece a todos, su patrimonio de doctrina social para responder a otra revolución industrial y a los desarrollos de la inteligencia artificial, que comportan nuevos desafíos en la defensa de la dignidad humana, de la justicia y el trabajo.
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Domingo en el Regina Caeli
Domingo 11 de mayo, Regina Caeli, Logia Central de la Basílica de San Pedro: Hoy pues, hermanos y hermanas, tengo la alegría de rezar con ustedes y con todo el Pueblo de Dios por las vocaciones, especialmente al sacerdocio y a la vida religiosa. ¡La Iglesia los necesita! Y es importante que los jóvenes encuentren en nuestras comunidades: acogida, escucha, estímulo en su camino vocacional, y que puedan contar con modelos creíbles de entrega generosa a Dios y a sus hermanos.
Domingo 11 de mayo, Regina Caeli, Logia Central de la Basílica de San Pedro: Hagamos nuestra la invitación que el Papa Francisco nos dejó en su Mensaje para esta Jornada en la que nos pedía acoger y acompañar a los jóvenes. Roguemos al Padre celestial el ser, los unos para los otros, cada uno según su estado, pastores “según su corazón” (cf. Jr 3,15), capaces de ayudarnos mutuamente a caminar en el amor y en la verdad. Y a los jóvenes les digo: “¡No tengan miedo! ¡Acepten la invitación de la Iglesia y de Cristo Señor!” La Virgen María, cuya vida fue toda una respuesta a la llamada del Señor, nos acompañe siempre en el seguimiento de Jesús.
Domingo 11 de mayo, Regina Caeli, Logia Central de la Basílica de San Pedro: La gran tragedia de la Segunda Guerra Mundial, terminó hace 80 años, el 8 de mayo, después de haber causado 60 millones de víctimas. En el dramático escenario actual de una tercera guerra mundial por partes, como afirmó el Papa Francisco en más de una ocasión, también yo me dirijo a los grandes del mundo, repitiendo el llamamiento siempre actual: “¡Nunca más la guerra!”
Domingo 11 de mayo, Regina Caeli, Logia Central de la Basílica de San Pedro: Llevo en mi corazón los sufrimientos del amado pueblo ucraniano. Se haga lo posible para alcanzar cuanto antes un paz auténtica, justa y duradera. Sean liberados todos los prisioneros y los niños puedan regresar con sus familias. Me entristece profundamente lo que sucede en la Franja de Gaza. ¡Cese inmediatamente el fuego! Se preste ayuda humanitaria a la exhausta población civil y se liberen a todos los rehénes.
Domingo 11 de mayo, Regina Caeli, Logia Central de la Basílica de San Pedro: Pero, ¡cuántos otros conflictos hay en el mundo! Confío esta sentida súplica a la Reina de la Paz, para que la presente al Señor Jesús y nos obtenga el milagro de la paz”.
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