En su discurso en la 26ª sesión del Grupo de Trabajo sobre el Derecho al Desarrollo, el arzobispo Balestrero, Observador del Vaticano en la ONU en Ginebra, subrayó cómo las “cargas financieras injustas” representan una violación de la “dignidad” humana y una “fractura” en los equilibrios globales: los sistemas económicos deben construirse “para servir a las personas, no al revés”.