El cardenal brasileño narra la experiencia de la elección papal y expresa su esperanza en una "Iglesia samaritana, Iglesia de los pobres, que sepa pensar en la Casa común". La esperanza del cardenal es que León XIV siga el mismo camino que emprendió con determinación Francisco, quien nunca perdió la oportunidad de preguntarse cómo vivía la gente en la Amazonía: «Debemos trabajar para asegurar más sacramentos en esta región; el anuncio debe convertirse en oración y pan».