El Santo del día es una reseña diaria de los santos guardados en la memoria de la Iglesia. Historias de maestros de vida cristiana de todas las épocas que, como faros luminosos orientan nuestro camino.
Hoy, sábado 24 de mayo la Iglesia católica celebra el santoral de los siguientes santos:
Santa María Auxiliadora
El 24 de mayo la Iglesia celebra con especial solemnidad a Santa María Auxiliadora, advocación mariana profundamente arraigada en la espiritualidad católica, especialmente en la tradición salesiana.
El título de “Auxiliadora” proviene de la invocación “Auxilium Christianorum” (Auxilio de los cristianos) incluida en las letanías lauretanas. Esta advocación fue particularmente promovida por San Juan Bosco, quien la eligió como patrona principal de la Congregación Salesiana. Don Bosco tuvo numerosas experiencias místicas en las que la Virgen se le presentaba como guía y protectora, sobre todo en los momentos más difíciles de su obra educativa y pastoral.
En 1814, el Papa Pío VII, tras su liberación del cautiverio napoleónico, instituyó la fiesta de María Auxiliadora el 24 de mayo, en agradecimiento a la Virgen por su protección durante aquellos años difíciles. La devoción se extendió con rapidez, sobre todo en ambientes populares y obreros, donde María era invocada como madre protectora y poderosa mediadora.
Hoy, el santuario de María Auxiliadora en Turín, fundado por Don Bosco, es un centro mundial de peregrinación. María Auxiliadora es también patrona de numerosos países y diócesis, y millones de fieles recurren a ella confiando en su intercesión maternal.
San Vicente de Lérins, sacerdote
San Vicente de Lérins fue un monje y teólogo del siglo V, conocido por su sabiduría doctrinal y por su defensa de la fe católica frente a las herejías de su tiempo. Nació en la Galia (actual Francia) y fue soldado antes de retirarse como monje a la abadía de Lérins, donde se convirtió en una de las figuras más respetadas del pensamiento cristiano occidental.
Su obra más conocida es el “Commonitorium”, un tratado que escribió bajo el seudónimo de “Peregrino”. En él, San Vicente formula un principio que ha marcado profundamente la teología: la fe verdadera es la que ha sido creída “en todas partes, siempre y por todos” (quod ubique, quod semper, quod ab omnibus creditum est). Este principio de universalidad, antigüedad y consenso ha sido clave en la comprensión del desarrollo auténtico de la doctrina cristiana.
Murió hacia el año 450. Es considerado patrón de los teólogos y un referente en el discernimiento doctrinal. Su fiesta nos recuerda la importancia de una fe sólida, coherente con la tradición apostólica, y defendida con caridad y firmeza.
Otros santos y beatos
San Donaciano de Nantes (†304): joven mártir durante las persecuciones del emperador Diocleciano. Fue encarcelado por profesar la fe cristiana y ejecutado en Nantes junto a su hermano San Rogaciano. Su testimonio de fidelidad hasta el martirio inspiró la conversión de muchos en la región de Bretaña.
San Zoelo de Listra y compañeros mártires (siglo I): mártires de los primeros tiempos del cristianismo, que testimoniaron su fe en Asia Menor durante las primeras persecuciones.
Beato Juan del Prado, presbítero franciscano y mártir (†1631): misionero español que evangelizó en Marruecos, donde fue martirizado por predicar el Evangelio. Su vida es ejemplo de celo misionero y entrega sin reservas.
Beata María Eva de Jesús, virgen y fundadora (†1943): fundadora de la Congregación de las Hermanas del Ángel de la Guarda en Polonia. Se destacó por su dedicación a los enfermos y su espiritualidad profundamente eucarística.
Beato Luis Zeffirino Giménez Malla (†1936): conocido como "el Pelé de los gitanos", fue un laico español de etnia gitana, ejecutado durante la Guerra Civil por defender su fe. Es el primer gitano beatificado en la historia de la Iglesia.
Reflexión final
La celebración del 24 de mayo nos recuerda la riqueza de la santidad en la Iglesia: desde la poderosa intercesión de María Auxiliadora, pasando por la sabiduría teológica de San Vicente de Lérins, hasta la valentía de mártires y la humildad de fundadores y misioneros. Cada uno, a su manera, nos invita a vivir con fidelidad y confianza en Dios, sabiendo que la gracia actúa en todas las circunstancias de la vida.