Secularización y crisis de vocaciones
En una ceremonia llena de solemnidad, fe y compromiso, el cardenal José Cobo ha dirigido un mensaje contundente y profundo a los nuevos sacerdotes ordenados en la diócesis de Madrid.
Más allá del rito litúrgico, el arzobispo quiso dejar un mensaje claro y rotundo a los ordenandos: “No habéis sido ordenados para ejercer poder, sino para servir. El servicio está por encima de cualquier privilegio”.
“Debéis en amor a Jesucristo”
“Desde este día os debéis en amor a Jesucristo y a su Iglesia”, proclamó el arzobispo durante la homilía en la Catedral de Santa María la Real de la Almudena.
Con estas palabras, el cardenal Cobo marcó el tono de su homilía, centrada en la humildad, la cercanía y la entrega como ejes del sacerdocio. Reafirmó que la vocación sacerdotal no es un puesto de honor, sino un llamado a amar, acompañar y estar al lado del pueblo, especialmente de los que sufren.
“El sacerdote debe tener el rostro y el corazón de Cristo. Y eso solo se consigue poniéndose al servicio de los demás”, subrayó. En línea con las enseñanzas del papa Francisco, Cobo insistió en alejarse de cualquier forma de clericalismo o superioridad. “No os hagáis dueños de la fe de nadie. Sed puentes de misericordia y consuelo”, dijo.
Imposición de las manos
Durante el acto, cada uno de los nuevos presbíteros recibió la imposición de manos y la oración consecratoria, sellando su entrega a Dios y a la Iglesia. Las familias, amigos y fieles congregados en la Almudena celebraron con emoción esta vocación que nace en un contexto desafiante para la Iglesia.
El arzobispo de Madrid también recordó que los sacerdotes son llamados a vivir en comunión con su comunidad y no desde el aislamiento. “No sois funcionarios de lo sagrado. Sois pastores. Y el pastor camina con su rebaño, a veces delante, a veces en medio, a veces detrás”, apuntó, citando al papa Francisco.
Secularización y crisis de vocaciones
Consciente del contexto actual de secularización y crisis de vocaciones, José Cobo pidió a los nuevos sacerdotes ser testigos creíbles del Evangelio con su vida. “Lo que predicáis debe coincidir con lo que vivís. Vuestra palabra solo tendrá fuerza si está sostenida por vuestra entrega”, afirmó.
Al término de la eucaristía, los recién ordenados recibieron el abrazo de sus hermanos sacerdotes y la felicitación del cardenal, quien los animó a vivir con alegría el ministerio. “El servicio es vuestra identidad. Sed siervos fieles, no protagonistas”, concluyó.