Santa Teresa: entre la contemplación y la controversia sobre la exposición de su cuerpo incorrupto
El cuerpo de Santa Teresa regresa al sepulcro tras ser venerado por más de 90.000 peregrinos en Alba de Tormes. Foto: redes sociales. La reciente exposición del cuerpo incorrupto de Santa Teresa de Jesús en Alba de Tormes ha suscitado un debate que trasciende lo religioso, tocando fibras culturales, éticas y mediáticas. Más de 90.000 […]

El cuerpo de Santa Teresa regresa al sepulcro tras ser venerado por más de 90.000 peregrinos en Alba de Tormes. Foto: redes sociales.

La reciente exposición del cuerpo incorrupto de Santa Teresa de Jesús en Alba de Tormes ha suscitado un debate que trasciende lo religioso, tocando fibras culturales, éticas y mediáticas.

Más de 90.000 personas han acudido a venerar a la santa carmelita durante los quince días que estuvo expuesta, marcando un hito en la historia de la devoción teresiana en la Iglesia de La Anunciación, lugar donde se conservan el corazón y el brazo incorruptos de la Santa, según los datos facilitados por el prior de los Carmelitas de Alba de Tormes, el padre Miguel Ángel González.

"El evento, calificado como un hito histórico, ha superado todas las expectativas y ha sido la veneración más prolongada de cuantas se han celebrado desde el fallecimiento de la santa en 1582", señala la Tribuna de Salamanca. 

Este domingo se puso fin en Alba de Tormes a la veneración extraordinaria de los restos de Santa Teresa de Jesús. La urna de plata en la que se encuentra el cuerpo ha salido de la Basílica a las 11:00 horas portada por ocho carmelitas descalzos de distintos conventos, tal y como ha detallado el padre Miguel Ángel González.

Tras la salida de la Basílica, se ha llevado a cabo una procesión hasta la plaza Mayor en la que el féretro ha estado acompañado de la banda de música de Alba de Tormes, las madres Carmelitas Descalzas y el personal de organización que ha permanecido dentro de la Basílica durante estos 15 días, recoge Europa Press. 

Tras el breve recorrido, se ha vuelto al templo y, desde el camerín, se ha introducido de nuevo la urna tras el altar de la Basílica, lugar que ocupa habitualmente, en un momento que las madres Carmelitas Descalzas han querido que fuera íntimo, sin la presencia de los medios de comunicación.

En este despliegue sin precedentes, no todo ha sido recogimiento y oración. La polémica surgió cuando se difundieron imágenes del cuerpo de la santa en redes sociales y medios de comunicación, a pesar de las claras indicaciones de las Carmelitas Descalzas de prohibir fotografías y vídeos. La priora, madre Elsa, expresó su descontento, afirmando que "no queríamos de ninguna forma ningún periodista, ninguna foto de los restos, del cuerpo de la santa". 

Sin embargo, los carmelitas, los hombres, invitaron a todos los medios de comunicación a la exposición. A Religión Confidencial también llegó esta invitación. Así que, solo cabe pensar que ha habido falta de coordinación entre las filas femeninas y masculinas de la Orden. 

Este incidente pone de relieve la tensión entre la sacralidad del acto de veneración y la voracidad mediática de nuestra era. ¿Dónde trazamos la línea entre el respeto a lo sagrado y el derecho a la información? 

Por su parte, el obispo de Salamanca, José Luis Retana, también expresó sus reservas sobre la exposición, calificándola de "discutible". No obstante, el prior del Carmelo en Alba de Tormes, Miguel Ángel González, defendió la iniciativa, destacando la afluencia de peregrinos y el fervor con el que se vivió el evento. 

La veneración de Santa Teresa nos recuerda la importancia de la espiritualidad en nuestras vidas, pero también nos desafía a encontrar formas de honrarla sin sucumbir a la banalización.

Santa Teresa, en su sabiduría, nos enseñó que "la verdad padece, pero no perece". Que este acontecimiento nos sirva para buscar esa verdad con respeto, humildad y autenticidad.

Zenón de Elea. 

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