Adolfo González Montes, protagonista en la reaparición de “La sacristía de la Vendée”
Formación filosófica y teológica La denuncia contra Reig Pla La hermenéutica no la tiene el Gobierno Sacerdotes suspendidos, laicos enjuiciados ad casum Abuso de la vía administrativa Hablar con franqueza, sin temor a ser represaliado El programa de YouTube más polémico de la historia de la Iglesia contemporánea ha vuelto. “La sacristía de la Vendée”, […]

Formación filosófica y teológica

La denuncia contra Reig Pla

La hermenéutica no la tiene el Gobierno

Sacerdotes suspendidos, laicos enjuiciados ad casum

Abuso de la vía administrativa

Hablar con franqueza, sin temor a ser represaliado

El programa de YouTube más polémico de la historia de la Iglesia contemporánea ha vuelto. “La sacristía de la Vendée”, que se califica a sí misma como una tertulia sacerdotal contrarrevolucionaria, asoma de nuevo en esa plataforma y en otras redes, moderada en estos primeros programas por el sacerdote almeriense Juan Manuel Góngora, a la espera de que se le levanten las medidas penales a su iniciador e inspirador, el sacerdote de Toledo José Francisco Delgado.

Formación filosófica y teológica

Lo característico de esta vuelta, después de un par de programas en el contexto del Cónclave y la elección de León XIV, es la participación, en el último, del obispo emérito de Almería, que antes lo fue de Ávila, monseñor Adolfo González Montes. No es la primera vez que este obispo interviene en ese espacio.

De monseñor González Montes se podrá decir lo que se quiera sobre su gobierno episcopal. Lo que no se puede negar es su formación filosófica y teológica y su profundidad argumental a la hora de afrontar la actualidad de la Iglesia. Su último libro, publicado en la editorial de la Conferencia Episcopal, la BAC, titulado “La Iglesia en la sociedad”, es una muestra significativa.

La denuncia contra Reig Pla

Durante el programa con González Montes, con más de mil quinientos espectadores en directo, en el que también participaron los sacerdotes Antonio María Domenech y Ricardo Gómez, se habló mucho sobre el papel del derecho canónico en la Iglesia, además de otros temas de actualidad.

Sobre el reciente caso de la denuncia contra monseñor Juan Antonio Reig Pla, por unas palabras suyas en una homilía en Alba de Tormes sobre los efectos del pecado original y las personas discapacitadas, González Montes señaló que “para entender fenómenos así, se produce como un desajuste entre el lenguaje religioso y el lenguaje correcto de la cultura contemporánea”.

“El sufrimiento, y en definitiva la muerte, son consecuencia del pecado. Debemos hacer un esfuerzo grande para evitar la confusión entre estos niveles del lenguaje, eso está claro. Lo que no se puede hacer es que no se le dé al discurso religioso la condición de discurso religioso, y que se respete la interpretación que el discurso religioso hace de la realidad, del acontecer de la realidad donde están situadas la enfermedad y la muerte”.

“La sacristía de la Vendée”.

La hermenéutica no la tiene el Gobierno

El obispo emérito de Almería añadió que “los niveles de hermenéutica no los tiene el Gobierno. Están dados, y antes, en la filosofía, en el pensamiento, en la capacidad de reflexión del ser humano, en la pregunta por el sentido de la existencia”.

“Los niveles del pensamiento correcto están globalizando la incapacidad de pensar y de vivir en libertad. Parece que nos tenemos que atener a las pautas de interpretación del poder político, que es el que sustenta el poder cultural. No es la cultura la que inquieta al discurso político, sino el poder en sí el que evapora la cultura.

“Tenemos que aprender a proponer unas cosas evitando que se produzcan malentendidos. Pero una sociedad libre es aquella que acepta que se impugne el ejercicio del poder. Una sociedad es verdaderamente democrática cuando se permite que se invoque la autoridad de Dios para cuestionar la autoridad del Estado. Si esto no se da, estamos en unas condiciones culturales malas”.

González Montes mostró su solidaridad con “don Juan Antonio Reig Pla. Y nuestra fraterna ayuda en la oración. Nuestra sociedad ha alcanzado unos niveles de secularismo que en España esto es grave”.

Sacerdotes suspendidos, laicos enjuiciados ad casum

Conversando sobre la situación actual del derecho canónico, y de la vía o recurso administrativo, que afecta a casos que están en los medios de comunicación, por ejemplo de sacerdotes suspendidos, de laicos enjuiciados con procesos ad casum, o de cardenales a los que se les imponen penas sin procesos judicial, monseñor González Montes afirmó que “el abuso de la vía administrativa suele conducir a la injusticia reiterada y a un sostener algo que no se demuestra precisamente abusando de la autoridad, de la potestad que uno tiene, jurisdiccional, de llevar adelante una comunidad, en este caso la comunidad diocesana, de una comunidad conventual, o de la autoridad misma de la Iglesia”.

“No se puede obviar la ley. Los recursos jerárquicos a la autoridad administrativa no dan como resultados sentencias, dan como resultado resoluciones, que son a la vez impugnables ante los tribunales de la Iglesia en las condiciones en que lo determina la ley canónica y sus desarrollos”.

Abuso de la vía administrativa

“Desde este punto de vista -añadió- sería importante tener en cuenta que, si se percibe que en un determinado período, ya en la Iglesia universal o en la Iglesia diocesana, se abusa de la administración de la vía administrativa, mal asunto”.

“Los derechos que también los tienen los clérigos, no sólo los fieles, como parece ser, deben ser respetados. Del mismo modo que los obispos, sacerdotes y diáconos deben respetar los derechos de los fieles. No se puede abusar de la vía administrativa: se pueden lesionar derechos fundamentales de la persona, que también los tienen los clérigos”.

“Vamos a ver si esperanzadoramente se abren tiempos en los que cabe pensar que se tendrán en cuenta las reflexiones que todo el mundo de hecho y se hacen”.

Hablar con franqueza, sin temor a ser represaliado

En otro momento, apuntó que “en la Iglesia las cosas se han de hablar y defender claramente. Debe haber, como dice san Pablo, sí, sí, no, no. Hablar con franqueza y sin temor a ser represaliado, excluido, marginado o acotado, que a veces es peor, acotado. Son muchas las cosas que tenemos que reflexionar y ver con esperanza. A ver si la elección del Santo Padre León XIV nos ayuda a recobrar esa esperanza tan fundamental que está despertando en la Iglesia”.

Hablando del ejercicio del ministerio episcopal, el que fuera catedrático de teología de la Universidad Pontifica de Salamanca apuntó que “la moderación del obispo es muy importante. Pero para eso el obispo no se tiene que acobardar, no tiene que ceder ante los rugidos de un canónigo hostil, ni tiene tampoco que inclinarse por principio a determinaciones ideológicamente condicionadas a lo mejor de su presbiterio. “Es difícil el ministerio episcopal y a veces tiene precios muy altos, pero a veces hay que estar dispuesto a sufrirlos.

“Un obispo sin sacerdotes no puede hacer nada. Los sacerdotes son sus más estrechos y principales colaboradores. Pero esto no quiere decir que no puedan padecer la enfermedad de la desviación en determinado momento y que no operen contra el principio de la gracia”.

 

 

 

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