Con la caída del régimen de Bashar al Assad, más de quinientos mil sirios han regresado al país en un momento en el que más de cien sucursales de la agencia de la ONU de ayuda a los refugiados van a cerrar debido a los recortes de la administración estadounidense. “Ha costado años construir una extensa red de apoyo – afirma Gonzalo Vargas Llosa, representante de la organización en Siria – y ahora casi la mitad de nuestras oficinas van a cerrar”