Durante el rezo del Ángelus, el Papa reflexionó sobre una de las preguntas más profundas del ser humano: «Maestro, ¿qué tengo que hacer para heredar la Vida eterna?», tomada del Evangelio de San Lucas (10,25). Según el Pontífice, esta cuestión refleja el anhelo de salvación presente en todo corazón humano, es decir, el deseo de una vida libre del fracaso, del mal y de la muerte.