Un matrimonio, ambos jubilados, se van de misiones por tres años enviados por el obispo de Alcalá
Misioneros laicos para llevar la luz del Evangelio  OCASHA, asociación de laicado misionero  Un proyecto educativo en un centro vocacional  Misión ad gentes Solo hay un sacerdote y dos religiosas  Piden oraciones y difundir la misión de los laicos  Misioneros laicos para llevar la luz del Evangelio  El compromiso, de tres años de duración, se llevará a […]

Misioneros laicos para llevar la luz del Evangelio 

OCASHA, asociación de laicado misionero 

Un proyecto educativo en un centro vocacional 

Misión ad gentes

Solo hay un sacerdote y dos religiosas 

Piden oraciones y difundir la misión de los laicos 

Misioneros laicos para llevar la luz del Evangelio 

El compromiso, de tres años de duración, se llevará a cabo en la diócesis de San Juan de la Maguana, en una zona rural cercana a la frontera con Haití.  El obispo Prieto Lucena les envía como misioneros laicos para llevar la luz del Evangelio a la diócesis de San Juan de la Maguana, donde servirán a una comunidad muy pobre y con muchas dificultades.

El pasado martes 17 de junio de 2025 se reunieron con el obispo de Alcalá de Henares para firmar el convenio misionero por el que son enviados de la diócesis complutense a la diócesis dominicana. Unos días después recibían el envío de manos de Mons. Prieto Lucena, en una misa concelebrada por Mons. Ángel Román, el actual obispo de Albacete, y antiguo párroco del matrimonio, explica la diócesis de Alcalá de Henares. 

OCASHA, asociación de laicado misionero 

Ambos pertenecen a OCASHA, una asociación de laicado misionero en la que llevan años formándose y colaborando. María Ángeles, de 63 años, nacida en Lleida y con formación en Magisterio, ya ha vivido anteriormente dos experiencias misioneras: tres años en Colombia y otros tres en República Dominicana. "De pequeña ya me surgió esa inquietud misionera", dice en una entrevista que publica la diócesis de Alcalá de Henares

José María, sociólogo de formación, también ha colaborado en proyectos de animación misionera y visitó recientemente la región donde desarrollarán su labor. "Cuando hace años me planteé un compromiso más fuerte en la Iglesia, me acordé de cuando venían misioneros que te ponían diapositivas de sus experiencias misioneras y siempre me movía mucho el corazón y me lo seguía moviendo", afirma. 

Un proyecto educativo en un centro vocacional 

Ambos explican que durante su estancia, sustituirán a otro matrimonio que debe regresar a España por motivos familiares. Su labor principal se centrará en un proyecto educativo de un centro vocacional tipo internado, el segundo creado con ese estilo de la diócesis San Juan de la Maguana, que acoge a estudiantes de tercero de Primaria a tercero de la ESO procedentes de comunidades rurales sin acceso fácil a la educación.

Además de dar formación cristiana y académica, se ofrece capacitación agropecuaria y, próximamente, en informática, panadería y pastelería. El objetivo es que los alumnos puedan aplicar y compartir los conocimientos adquiridos en sus propias comunidades.

Antonio Prieto Lucena abraza a José Mª en presencia de su esposa. Imagen: Diócesis de Alcalá.

Misión ad gentes

Se van ahora de misiones porque José María se ha jubilado y sus dos hijos "maravillosos" ya son adultos y son independientes. "Hemos pensado que todavía tenemos unos años útiles -que útiles hasta el último momento los tenemos todos- pero que ahora podríamos dar esos años de misión ad gentes, que podemos salir y dar esos años colaborando", expresa María Ángeles. 

Aún así y aunque ilusionados con este proyecto, les cuesta dejar a sus hijos, a su madre y la comunidad donde han estado con el párroco Ángel Román que se fue cuando le nombraron obispo de Albacemos estado con Ángel, que también se ha marchado ahora.

Solo hay un sacerdote y dos religiosas 

El matrimonio también prestará apoyo pastoral en la zona, donde actualmente solo hay un sacerdote misionero estadounidense y dos religiosas brasileñas de edad avanzada. Ante la escasez de agentes pastorales, su presencia supondrá un refuerzo importante para la vida eclesial local.

"Hemos visto ahí la providencia de Dios, que ha puesto ese proyecto en nuestras manos, sustituyendo a este otro matrimonio", señala María Ángeles. 

Piden oraciones y difundir la misión de los laicos 

Conscientes del desafío, afirman contar con el apoyo de sus hijos, ya adultos, y de su comunidad parroquial. Piden oraciones y apoyo espiritual desde la diócesis, así como una mayor sensibilización hacia la vocación misionera laical en las parroquias.

"Pedimos oraciones: sentir que rezan por nosotros. Nosotros ya lo hemos comprobado en nuestra parroquia: que la oración tiene su acción, y el Espíritu Santo actúa a través de las personas que rezan. También el que se haga difusión. Hacen falta muchos misioneros. A veces solo se piensa en la vocación sacerdotal, pero hay que trabajar todas las vocaciones, incluso el matrimonio como vocación, el laicado misionero también como vocación y que muchos jóvenes sientan la llamada a la misión", afirma Mª Ángeles. 

 

 

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