En su homilía dominical, el Cardenal Carlos Castillo volvió a hacer un fuerte llamado a la conciencia colectiva: dejar de lado el culto al «dios dinero» y abrir el corazón a una vivencia cristiana auténtica que se manifieste en el amor concreto al prójimo. “No basta con preocuparse por los nuestros”, afirmó. “El prójimo no es solo quien está cerca, sino aquel a quien yo me acerco”.