La iglesia de la Caridad de Sevilla muestra por primera vez en 350 años la máxima expresión del barroco
Un acercamiento sin precedentes Contexto histórico Lo que cambia al verlas así El cierre escultórico del mensaje Más que una exposición Un acercamiento sin precedentes Durante siglos, las famosas “Postrimerías” de Juan de Valdés Leal, colgadas a 14 metros de altura en la iglesia sevillana de la Santa Caridad, han sido imposibles de apreciar de […]

Un acercamiento sin precedentes

Contexto histórico

Lo que cambia al verlas así

El cierre escultórico del mensaje

Más que una exposición

Un acercamiento sin precedentes

Durante siglos, las famosas “Postrimerías” de Juan de Valdés Leal, colgadas a 14 metros de altura en la iglesia sevillana de la Santa Caridad, han sido imposibles de apreciar de cerca. Hoy, gracias a una exposición sin precedentes, es posible observarlas “a la altura de los ojos”, y descubrir su auténtico poder expresivo y teológico. 

La muestra incluye también siete lienzos de Bartolomé Esteban Murillo, que ilustran las obras de misericordia, como “La multiplicación de los panes y los peces” o “Moisés golpeando la roca”. Estas obras se muestran tal como fueron concebidas, con sus gestos, miradas y dramatismo accesibles al detalle.

Contexto histórico

Todas estas piezas fueron encargadas por Miguel de Mañara, figura clave en la Sevilla de la Contrarreforma. Su intención era ofrecer un mensaje moral contundente: el arte como forma de enseñanza y persuasión cristiana. Entre 1670 y 1674, Murillo y Valdés Leal dieron forma a una narrativa completa sobre la misericordia y la fugacidad de la vida. 

Lo que cambia al verlas así

Ver los cuadros al nivel del suelo transforma completamente la experiencia. Las pinceladas de Valdés Leal, llenas de dramatismo y tenebrismo, muestran ahora la crudeza de la muerte con una nitidez estremecedora. “Sic Transit Gloria Mundi” o “In Ictu Oculi” se revelan como piezas profundamente meditativas más que solo escabrosas.

Los lienzos de Murillo, por su parte, desbordan ternura, acción y espiritualidad cotidiana: vestir, alimentar, enterrar. El realismo con el que representa a los pobres y enfermos adquiere una intensidad emocional inédita al estar tan cerca del espectador.

El cierre escultórico del mensaje

El programa se completa con esculturas de Pedro Roldán y Pedro Duque Cornejo, que ilustran la obra de misericordia de enterrar a los muertos, a través de una representación tridimensional que refuerza el mensaje de compasión cristiana que atraviesa toda la iglesia.

Más que una exposición

Lo que ocurre en la iglesia de la Caridad no es una simple exposición: es una relectura de uno de los programas artísticos más coherentes y potentes del barroco europeo. El conjunto pictórico y escultórico actúa como un ciclo catequético, ahora plenamente visible, que devuelve al espectador contemporáneo una experiencia emocional, ética y estética única.

 

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