Moderar las fuerzas en las "levantás"
Todo ocurrió en la Madrugada del 16 de abril de 1976, cuando Nuestro Señor Jesús del Gran Poder —la emblemática talla sevillana de Juan de Mesa— sufrió un grave percance: se desprendió uno de sus brazos durante una levantá en la carrera oficial. También se produjo la caída de una mano y varios dedos, recuerda el diario ABC.
Una intervención radical
Ante la gravedad de los daños, la Hermandad no tardó en decidir una intervención radical. En mayo de 1977 arrancó la restauración dirigida por Francisco Peláez del Espino, profesor de restauración en la Escuela de Arquitectura. Su método fue altamente criticado: desarmar la talla en doce fragmentos, someterla a desinsectación química en bidones, e incrustarla en un esqueleto metálico diseñado para reforzar su estructura.
Desde entonces, esta intervención se convirtió en la más controvertida de la historia cofrade sevillana. Peláez introdujo varillas de acero en el interior de la talla y aplicó técnicas que entonces se vendieron como “científicas”, pero que años después fueron vistas como un error de restauración.
A pesar de lo dramático, de forma sorprendentemente discreta, la imagen volvió a salir en la procesión de Semana Santa de ese mismo año. Según testimonios, incluso se llegó a improvisar una sujeción con cinta aislante para impedir nuevos desprendimientos mientras el Señor seguía en la calle.
Moderar las fuerzas en las "levantás"
El problema estructural no se resolvió completamente en 1977. En 1982, se detectó que la talla “se cimbreaba” al caminar, lo que llevó a que el Consejo de Cofradías recomendara moderar la fuerza en las levantás. Peláez fue llamado para evaluar la situación, pero su informe atribuía errores a tuercas y varillas sin certificar el verdadero origen del problema.
Finalmente, tras esta cadena de errores, la Hermandad encargó una nueva restauración de urgencia a los hermanos Raimundo y Joaquín Cruz Solís, del ICROA de Madrid. Estas actuaciones permitieron salir al Señor en 1983, recuperando una estructura más estable sin la intrusiva armadura metálica implantada por Peláez.
El Señor de Sevilla
La talla de Jesús del Gran Poder, creada en 1620 por Juan de Mesa, es una talla articulada —los brazos funcionan con un sistema de bisagras que permiten diversas posiciones— de 1,81 m de altura, realizada en madera de cedro con policromía. Es venerada como el “Señor de Sevilla”, icono religioso y artístico de primer orden.
Este episodio histórico forma parte del acervo más sensible del patrimonio sevillano. La alteración de una iconografía tan venerada, así como el uso de métodos invasivos, generaron décadas de debate entre cofrades, restauradores y conservadores de arte. También fue un punto de inflexión que impulsó reformas posteriores en los criterios de conservación del patrimonio religioso.