Durante dos noches, veinticinco mil peregrinos procedentes de todo el mundo se alojan en el gran centro logístico de la periferia occidental de la capital, a la espera de participar en los actos del Jubileo. Chicos de diferentes culturas comparten espacios y recursos con sus compañeros. Un funcionario de seguridad: “Como en el mundo de los adultos, vivir en paz requiere educación, tolerancia y colaboración”