El arzobispo Caccia, representante del Vaticano ante las Naciones Unidas, reiteró durante la conferencia de la ONU, promovida por Francia y Arabia Saudita, su preocupación por la grave situación humanitaria en la Franja de Gaza, pidiendo un alto el fuego, protección para los civiles palestinos y la liberación de los rehenes israelíes. Al recordar la importancia de Jerusalén, solicitó un estatus que «garantice la conservación de su identidad única».