Cardenal Walter Jasper, una vida dedicada a dar razones de la propuesta cristiana
Papel de la teología española  Su relación con Joseph Ratzinger Declarar una verdad como dogma  Benedicto XVI, destacado teólogo con el corazón  Cómo ser obispo  La Iglesia del futuro Papel de la teología española  En el prólogo a la edición española, el cardenal Kasper hace una sentida y fina alabanza del papel de la teología […]

Papel de la teología española 

Su relación con Joseph Ratzinger

Declarar una verdad como dogma 

Benedicto XVI, destacado teólogo con el corazón 

Cómo ser obispo 

La Iglesia del futuro

Papel de la teología española 

En el prólogo a la edición española, el cardenal Kasper hace una sentida y fina alabanza del papel de la teología española del renacimiento y en Trento.

Afirma, una vez que se ha referido al Vaticano II, que “en la actualidad debemos suscitar de nuevo la alegría del evangelio de la que habla el papa Francisco y llevarla al mudo. Para ello no hace falta arrojar por la borda las tradiciones propias de la llamada Iglesia de masas en bloque. Se trata de interpretarlas y hacerlas comprensibles a la luz del evangelio y, allí donde sea pertinente, cultivarlas como expresión y riqueza interior del catolicismo”.

Acercarse a la vida de uno de los teólogos que más ha influido en nuestro tiempo es una aventura apasionante para quien se preocupa por dar razones de su fe.

Su relación con Joseph Ratzinger

No hay que olvidar que cuando se habla de este cardenal, en cierta media nos viene a la cabeza su relación con Joseph Ratzinger, quien fue y representa una biografía paralela a esta, con no pocas intersecciones, coincidencias y, como se demuestra en este libro, con una admiración profunda por parte de quien ahora publica su autobiografía que es un buen complemento a la edición de sus obras completas.

Es muy interesante comprobar cómo la teología que tanto influyó en le Vaticano II estaba arraigada, después de la Segunda Guerra Mundial, en la cristología. Un autor clave en este sentido fue Romano Guardini, que tanto influyó en tantos. No son menores aquí las referencias a la Escuela Católica de Tubinga con su propuesta de teología kerygmática o a quienes hicieron una actualización interpretada del pensamiento de santo Tomás de Aquino.

En gran medida, el interés de esta autobiografía del cardenal Kasper radica en cómo va dando razón de su amplísima obra teológica, de los temas o núcleos de su pensamiento y del sustrato de la relación que está estableciendo, con su obra, con los pensadores, filósofos y teológicos contemporáneos.

Declarar una verdad como dogma 

Algunas de sus reflexiones sobre cuestiones esenciales de la propuesta cristiana son, ciertamente, aleccionadoras. Como por ejemplo, el significado de lo que implica declarar una verdad como dogma en la media en que es una forma de elevarla a la condición de lo que definitivamente merece ser creído y pensado.

Por este libro aparece el plural y sinfónico mundo de la teología pre y postconciliar. Nombres como en el de Rahner, Küng, Schillebeeckx, Ratzinger, Von Balthasar, Metz, son algunos de los habituales interlocutores.

Esto significa reconocer, por ejemplo, el peso y los efectos que produjo la “Introducción al cristianismo” de Ratzinger, y su “propósito de entender la fe cristiana como posibilitación de la verdadera condición humana en el mundo actual sin trasformarla”.

Benedicto XVI, destacado teólogo con el corazón 

Kasper dice de Ratzinger que fue un pensador lleno de matices. Lo que le lleva a afirmar que “en toas las cuestiones importantes relativas al contenido de la fe no existía entre Ratzinger y yo diferencias fundamentales, como el propio cardenal escribió en su prólogo al libro homenaje que se publicó con motivo de mi septuagésimo quinto cumpleaños. No cabe duda de que el papa Benedicto XVI fue un destacado teólogo; y ello, no solo con le intelecto, sino también con el corazón”.

Hay afirmaciones escritas por el cardenal Jasper que resuenan como un aldabonazo: “La Iglesia solamente puede ser relevante si tiene su identidad en Jesucristo. No hay relevancia sin identidad, pero tampoco identidad sin relevancia. Lo que nos hace creíbles y auténticos no es al adaptación al mundo, sino únicamente la adaptación a Jesucristo. No solo debemos llamarnos cristianos, sino también serlo. Por eso, en ninguno de mis otros libros he puesto tanto de mí como en Jesús el Cristo”.

Cómo ser obispo 

Son especialmente interesantes las páginas dedicadas a cómo ser obispo y lo que hizo como cuando le nombraron para la diócesis de Rotemburgo-Stuttgart.

El libro concluye con sus reflexiones sobre su nombramiento romano, su nombramiento como cardenal, el ecumenismo, sus encuentros y viajes, y el proceso de sinodalidad en le que estamos inmersos.

Como buen teólogo hace afirmaciones fundadas que pueden formar parte del debate eclesial y con las cuales el lector no tiene porqué estar totalmente de acuerdo.

La Iglesia del futuro

Sus últimas páginas sobre la Iglesia del futuro, como una Iglesia de minorías y orante, son muy alentadoras.

Propone como modelo de misionero a Carlos de Foucauld y concluye afirmando que “en la actualidad la Iglesia, -y con ella la teología-, se encuentra en una difícil fase de transición hacia una nueva época que hasta ahora no percibimos más que en vagos contornos. Solo puede tener futuro si se abandona a la venida, al por-venir de Dios, que Jesús nos prometió y que, con su resurrección de entre los muertos, dio la razón no a la muerte y a los poderes de la muerte, sino a la vida, revelando el amor como el sentido último de esta”.

Tras el rastro de la verdad

Walter Kasper

Sal Terrae

Tras el rastro de la verdad.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *