Deriva sectaria de las ex monjas de Belorado: los familiares de las religiosas mayores no pueden comunicarse con ellas
Integridad de las cinco religiosas  Orduña pertenece a la Federación de Clarisas  Incomunicación de las monjas mayores  La jueza no pudo acceder al monasterio  Actuación de la Guardia Civil  La intervención del abogado y hermano de la ex abadesa  Estrategia de las ex monjas y sus abogados  Integridad de las cinco religiosas  La preocupación es la […]

Integridad de las cinco religiosas 

Orduña pertenece a la Federación de Clarisas 

Incomunicación de las monjas mayores 

La jueza no pudo acceder al monasterio 

Actuación de la Guardia Civil 

La intervención del abogado y hermano de la ex abadesa 

Estrategia de las ex monjas y sus abogados 

Integridad de las cinco religiosas 

La preocupación es la integridad de vida de las cinco religiosas de más de ochenta años, que además forman la comunidad legítima, dado que no fueron excomulgadas. Religiosas que están sometidas a un proceso de obediencia a la voluntad de las más jóvenes que algunas fuentes califican de inhumano y sectario, entre otras razones por su situación de evidente vulnerabilidad. 

Ante la posibilidad inminente de que la juez María Isabel Revilla, titular del juzgado de Briviesca, decretara el desahucio de las exmonjas cismáticas de Belorado, tal como ocurrió al final en comunicación a las partes este jueves pasado, por la noche del domingo, como ya publicó Religión Confidencial, las exmonjas jóvenes trasladaron a las religiosas mayores, de entre ochenta y cien años, al monasterio de Orduña. Un traslado, según testigos, en condiciones lamentables.

Orduña pertenece a la Federación de Clarisas 

El monasterio de Orduña sigue perteneciendo jurídicamente a sus antiguas titulares, de la Federación de Clarisas, dado que no se concluyó la compraventa del inmueble por parte de la comunidad de Belorado. De esta forma las exmonjas de Belorado ahora serían doblemente ocupas desde el punto de vista de la relación con los inmuebles y sus propietarios.

Según ha podido saber Religión Confidencial de fuentes de las familias de las hermanas mayores, el monasterio de Orduña no reúne condiciones para la atención que requieren las cinco personas mayores. Sólo hay un baño geriátrico en un inmueble con graves deficiencias de conservación, humedades y calefacción prácticamente inutilizable. Se ha contratado además a una persona que las atiende cuya cualificación para ese trabajo es dudosa.

Incomunicación de las monjas mayores 

Las religiosas mayores están convencidas que siguen perteneciendo a la misma comunidad religiosa que las jóvenes. Algunos datos de la deriva que se puede calificar de sectaria, según un experto en sectas consultado por Religión Confidencial, es que se está impidiendo a algunos familiares de las hermanas mayores que se comuniquen con ellas. Además, los familiares que han preguntado se les ha dicho que estaban en Belorado cuando realmente estaban en Orduña.

Según hemos podido saber de fuentes conocedoras del proceso, cuando se ha preguntado a las religiosas mayores por la atención sacramental, éstas han confesado que comulgan aproximadamente cada quince días.

La jueza no pudo acceder al monasterio 

La situación de lo que pueden estar pasando esas religiosas mayores ha llegado a tal extremo que la jueza encargada del caso se personó, el pasado miércoles 30 de julio, en vísperas de comunicar a las partes la sentencia, en el monasterio de Belorado con la intención de entrevistarse con las hermanas mayores. Según fuentes conocedoras de la visita, la jueza no pudo acceder al monasterio. En ningún momento se le dijo que las mayores no estaban en Belorado sino en Orduña.

El viernes fue el día que marcó un antes y un después. Dentro de un proceso de tutela de personas vulnerables, ante la petición del Comisario Pontificio y de varios familiares de las hermanas mayores para que se tomaran medidas de tutela efectiva, la Guardia Civil se personó tanto en el convento de Belorado como en el de Orduña. En el de Belorado la Guardia Civil levantó acta de que allí no están las hermanas mayores. El problema se trasladaba entonces a Orduña.

Actuación de la Guardia Civil 

Enteradas las exreligiosas que se llaman a sí mismas sor Paloma y sor Berit que la Guardia Civil iba camino de Orduña, realizaron el trayecto en coche de Belorado a la localidad vizcaína a velocidad considerable, emitiendo vídeos en las redes sociales en los que hablaban de “secuestro” de las mayores. Dando a entender en sus grabaciones que es la autoridad legal, por medio de la Guardia Civil, quien está intentado secuestrar a las religiosas de más de ochenta años.

En la actuación de la Guardia Civil estuvo presente una religiosa de la Federación de las Clarisas de España para acompañar a las mayores en su traslado a un nuevo monasterio. Es esta religiosa quien comprueba el estado en el que se encuentran las religiosas mayores. La Guardia Civil decide suspender el traslado, levantando la correspondiente acta, ante la tensión que se genera y el efecto negativo que está produciendo en las religiosas mayores.

La intervención del abogado y hermano de la ex abadesa 

En este proceso interviene el hermano de la exabadesa cismática de Belorado, Manuel Alejandro García de Viedma, abogado, y que ha conseguido que cuatro de las mayores le firmen un poder que utiliza con soltura. Convendría tener certeza de en qué circunstancias se ha otorgado ese poder.

Como queda patente en el comunicado que emiten las ex religiosas cismáticas, texto con una agresividad inusitada contra el Comisario Pontificio, monseñor Mario Iceta, arzobispo de Burgos, la estrategia es darle la vuelta al pastel y responsabilizar al Comisario de realizar una “acción inhumana”, que “contó con la incomprensible colaboración del Juzgado de Briviesca, que parece desconocer que a personas libres no se las puede trasladar contra su voluntad de un lado a otro salvo procediendo a su detención”.

Un comunicado que concluye con algo más que advertencias: “Ahora la Fiscalía y el Juzgado disponen del acta y las grabaciones de las mayores en las que consta su voluntad de quedarse donde están y con las hermanas con quienes conviven, y además lo han manifestado expresamente al Juzgado en escritos presentados en el día de hoy que adjuntamos (cuatro de las afectadas, ya que la quinta no puede hacerlo). Confiamos en que no se les ocurra intentar de nuevo actuar en contra de esa voluntad. Constituiría un delito de detención ilegal de colosales proporciones”.

Estrategia de las ex monjas y sus abogados 

La estrategia de las exmonjas, y de sus abogados, es clara. Dar la vuelta a la realidad y denunciar que quien está manipulando e intentando secuestrar a las mayores es el Comisario Pontifico con la anuencia de la juez y con el concurso de la fiscalía y de la Guardia Civil.

La utilización de las hermanas mayores para el provecho de las exmonjas cismáticas está impidiendo, según algunos familiares, que se ejerza una tutela efectiva de su derecho a ser monjas católicas, en una comunidad ordinaria, como siempre lo han sido y han hecho.

Lo que está en juego es la vida de las religiosas mayores que conforman la comunidad legítima. Se trata del salvarlas de una situación de obediencias religiosas impropias, en grave estado de peligro, según una fuente conocedora del proceso. 

 

 

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