Un comando armado atacó el orfanato Sainte-Hélène en Kenscoff, al sureste de la capital, Puerto Príncipe, y secuestró a la misionera irlandesa Gena Heraty, a siete miembros del personal y a un niño discapacitado de tres años. El incidente se produce en un país marcado por el colapso institucional y el dominio de bandas armadas. Según la ONU, entre abril y junio, más de 1500 personas fueron asesinadas, con cientos de secuestros y agresiones sexuales.