La agencia de las Naciones Unidas ha lanzado un programa de resiliencia que, en cinco años, ha producido resultados extraordinarios para la región que enfrenta la crisis alimentaria más grave de toda África. Más de trescientas mil hectáreas de tierras degradadas se han recuperado y utilizado para la producción de alimentos y forrajes, y más de tres mil cuatrocientas aldeas han participado en una revolución que ha mejorado las condiciones de vida de cuatro millones de personas