De Baba Dogo a Kisumu, en un país marcado por nuevas tensiones sociales, la labor misionera no se detiene. Misitano, de la Fundación Agustinos en el Mundo, sostiene: “En Ishiara queremos crear un modelo de desarrollo agroecológico que pueda ser replicado por los pequeños agricultores locales. En Baba Dogo ampliaremos la escuela porque cada vez hay más niños”.