En el 80º aniversario de los bombardeos atómicos de Hiroshima y Nagasaki, el Pontífice hace un llamado mundial que resuena con fuerza: afirma que la guerra no puede ser el camino para resolver conflictos. Frente a la violencia que aún azota regiones como Haití y las esperanzas renovadas tras la firma de paz entre Armenia y Azerbaiyán, León XIV insta a la comunidad internacional a priorizar la paz, la justicia y la protección de los más vulnerables.