En medio de los desafíos y amenazas que enfrenta Honduras, el Evangelio de hoy, dijo el Cardenal en su homilía, nos llama a mantenernos vigilantes y firmes en la fe, sin dejarnos vencer por el miedo en el país aunque se les amenace. Y recordó que nuestro verdadero tesoro está en el Señor Jesús, fuente inagotable de vida y esperanza.