En la Solemnidad de la Asunción de la Virgen María, el Papa León XIV dirigió desde Castel Gandolfo un mensaje cargado de esperanza y firmeza ante las heridas abiertas por la violencia en el mundo. Después del rezo del Ángelus, el Pontífice invitó a los fieles a encomendarse a la intercesión de la Madre de Dios, “asunta a los cielos”, como protectora y guía en la búsqueda de la paz.