Tras el primer Ángelus de julio, el Papa dirige su mirada a los numerosos conflictos que derraman sangre en la Tierra. Su pensamiento se dirige en particular a Ucrania. Subraya que la oración "es la fuerza mansa que protege y sostiene el mundo".
Tras el primer Ángelus de julio, el Papa dirige su mirada a los numerosos conflictos que derraman sangre en la Tierra. Su pensamiento se dirige en particular a Ucrania. Subraya que la oración "es la fuerza mansa que protege y sostiene el mundo".