Ana de Jesús, hija de la Madre Teresa
Propagadora de los escritos teresianos
Con 24 años, tomó el hábito del Carmelo
“Un ejemplo de santidad femenina”
Beata Ana de Jesús.
La Provincia de Santa Teresa de Jesús del Carmelo Descalzo ha organizado una jornada de Acción de Gracias por la reciente beatificación de la carmelita descalza Ana de Jesús, mano derecha de Santa Teresa de Ávila. Las actividades serán el próximo 26 de octubre en la ciudad de Ávila.
El Papa Francisco beatificó a Ana de Jesús el domingo 29 de septiembre en Bruselas, coincidiendo con su 46º viaje apostólico a Bélgica, lo que supuso una gran ocasión para sus devotos, ya que las beatificaciones fuera de Roma las preside el prefecto del Dicasterio de las Causas de los Santos y sólo en algunos casos las preside el Papa en Italia.
Ana de Jesús, hija de la Madre Teresa
A las 11 de la mañana el P. Luis Javier Fernández Frontela pronunciará una conferencia titulada “Ana de Jesús, hija de la Madre Teresa”. La charla será en el salón de actos de la Casa Natal de Santa Teresa, Carmelitas Descalzos. La entrada es libre.
Posteriormente, a las 12:30 horas se celebrará en la Iglesia del Monasterio de San José, primera fundación teresiana, una solemne eucaristía que será presidida por el Cardenal Arzobispo emérito de Valladolid, monseñor Ricardo Blázquez.
Asimismo, concelebrará el superior de la Provincia Ibérica del Carmelo, el Padre Francisco Sánchez Oreja, quien ha invitado a esta celebración a aquellos carmelitas que este año cumplen sus bodas de oro y plata.
Propagadora de los escritos teresianos
Nacida en Medina del Campo en 1545 falleció en Bruselas en 1621. Es una de las hijas predilectas de Santa Teresa de Jesús y de San Juan de la Cruz. La Beata Ana fue la gran propagadora de los escritos teresianos tanto en España como en Europa.
A los nueve años perdió a su madre, quedando ella y su hermano bajo la tutela de la abuela materna. Desde muy joven manifestó una arraigada tendencia a cultivar una profunda y honda espiritualidad, que chocaba frontalmente con las aspiraciones de su abuela, que siempre soñó para ella un “matrimonio feliz”.
Con 24 años, tomó el hábito del Carmelo
Con 24 años, tomó el hábito del Carmelo. Pocos días después, Santa Teresa de Jesús, al regresar al monasterio de San José desde Toledo, conoció a la que sería una de las carmelitas descalzas de primera hora, una de sus hijas más ilustres, fiel colaboradora y defensora de su carisma tras su muerte. Entró en el convento de San José, en Ávila, y aquí estuvo hasta que la Santa se la llevó a Salamanca.
La religiosa, llamada cariñosamente “la capitana de las prioras”, fue fundadora de muchos Carmelos Descalzos. Fundó en Granada con san Juan de la Cruz a petición de Santa Teresa. Llevó el Carmelo Descalzo a Madrid. Desde Salamanca fundó en Paris, Pontoise y Dijon. También, instauró el Carisma Teresiano en Bruselas y Lovaina. Su amistad profunda con San Juan de la Cruz hizo que el místico de Fontiveros dedicara a la Beata Ana el Cántico Espiritual, y Fray Luis de León su libro sobre Job.
“Un ejemplo de santidad femenina”
Durante la beatificación, el Papa Francisco pidió que acojamos todos con gratitud el modelo de “santidad femenina” que nos dejó, delicado y fuerte al mismo tiempo.
“En un tiempo marcado por escándalos dolorosos, dentro y fuera de la comunidad cristiana, ella y sus compañeras, con su vida sencilla y pobre, hecha de oración, de trabajo y de caridad, supieron traer de nuevo a la fe a tantas personas, hasta el punto de que alguno definió su fundación en esta ciudad como un “imán espiritual”. Por elección, no ha dejado escritos. Se comprometió más bien en poner en práctica lo que ella a su vez había aprendido (cf. 1 Co 15,3), y con su modo de vivir contribuyó a realzar la Iglesia en un momento de gran dificultad”, dijo el Santo Padre.
Cartel de la Acción de Gracias.