El papel de los laicos en las hermandades
“Que el individualismo no infecte estas asociaciones”
Papel de las hermandades como escuela
La hermandad como lugar de formación cristiana
Ocho grandes devociones procesionarán en Sevilla
El cardenal Kevin J. Farrell en la catedral de Sevilla.
‘Las hermandades: casa y escuela de vida cristiana, comunión y sinodalidad’. Este ha sido el tema de la ponencia con la que el cardenal Kevin J. Farrell, prefecto del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, ha abierto la segunda sesión del II Congreso Internacional de Hermandades y Piedad Popular en el trascoro de la Catedral de Sevilla.
El papel de los laicos en las hermandades
El cardenal Farrell ha comenzado recordando que las hermandades están compuestas por laicos, aspecto que marca el tratamiento que se hace desde la Iglesia a este fenómeno tan relevante.
La casa, término empleado en el título de la ponencia, es “la concreción de un lugar, y en la riqueza de las relaciones que en ella se establecen es donde uno se siente reconocido, se siente acogido donde uno siempre regresa de buen grado. A partir de ahí ha trasladado esta figura a la realidad de las hermandades y lo que se espera de ellas. La hermandad, por tanto, está llamada ser “el lugar vital, hecho de espacios concretos y sobre todo de relaciones donde uno puede sentirse en casa, acogido y aceptado. Debe ser un lugar donde uno se sienta en familia, y redescubrir el reencuentro con su pasado”.
“Que el individualismo no infecte estas asociaciones”
¿Qué impide que la hermandad sea percibida como una casa por todos sus miembros? En su opinión, hay que evitar la frialdad de las relaciones, “y esto sucede cuando entra en juego el anonimato, o cuando las relaciones se vuelven burocráticas y carentes de sinceridad”.
Por ello, ha destacado la necesidad de que cada hermandad conserve una dimensión familiar, “para que siga siendo una casa”. En esta línea, ha afirmado que “es responsabilidad de todos, dentro de una hermandad, perseverar en una firme fraternidad para que el individualismo de la sociedad contemporánea no infecte estas asociaciones”.
Papel de las hermandades como escuela
Además, ha planteado el papel de las hermandades como escuela –“la escuela representa el lugar donde el individuo esta llamado a salir de sí mismo”-, y ha señalado que están llamadas a ser “un lugar de intercambio de opiniones, de formación, de superación de fronteras para aprender a pensar de un modo nuevo”.
En las hermandades, teniendo en cuenta esta dimensión, se debe enseñar a “no permanecer inmóviles en el pasado”, y a estimular la apertura al futuro. Así mismo, ha afirmado que sería útil preguntarnos cómo ponemos en contacto nuestras tradiciones con la vida actual de las personas, cómo hacer para que los ritos, los actos públicos de culto, las iniciativas de oración y de ayuda mutua puedan hablar también a los hombres y mujeres hoy, “a menudo alejados de toda sensibilidad religiosa”.
Espíritu misionero
Seguidamente ha señalado que las hermandades deben estar animadas por un espíritu misionero abierto a todos, y se ha detenido en una reflexión sobre “la atracción de la belleza, que puede llevar a muchos a la fe”. Se ha referido, sobre todo, a lo que ha definido como “la belleza de la comunión y la unidad entre los cristianos”. “Es la belleza de la caridad que llega al corazón”, ha añadido.
La hermandad como lugar de formación cristiana
El cardenal Kevin J. Farrell ha admitido que, en el contexto cultural actual, muchas personas en algunos países ya no reciben ninguna formación cristiana y religiosa en general, ni en la familia ni en la parroquia, ni en otras estructuras eclesiales a las que ya no acuden, y menos aún en la escuela. Esto comporta, a su juicio, una nueva tarea y responsabilidad para las hermandades: “convertirse en lugares de formación cristiana para sus miembros”.
Ocho grandes devociones procesionarán en Sevilla
Ocho grandes devociones de Sevilla y su provincia protagonizarán este domingo la Procesión de Clausura del Congreso Internacional de Hermandades y Piedad Popular.
Sevilla se prepara para escribir una nueva página para la historia de la ciudad y, más concretamente, para el legado de las hermandades. Estamos, seguramente, ante una de las procesiones extraordinarias más importantes de las que recuerdan dada su dimensión religiosa, devocional y patrimonial. Así, la Virgen de los Reyes, Jesús del Gran Poder, la Virgen de Setefilla (Lora del Río), la Virgen de Valme (Dos Hermanas), la Virgen de Consolación (Utrera), el Cristo de la Expiración del Cachorro, la Esperanza de Triana y la Esperanza Macarena van a recorrer las principales arterias de la ciudad como colofón y clausura del II Congreso Internacional de Hermandades y Piedad Popular.
Cabe destacar que los cortejos de cada una de las hermandades participantes estarán formados por 300 hermanos con cirio. El recorrido y el horario se puede ver en este enlace.
El arzobispo de Sevilla, José Ángel Saiz Meneses junto al cardenal Kevin J. Farrell.