Una señal de esperanza, en medio del dolor, la indignación y la desesperación: así se vivió la eucaristía organizada en la Catedral Metropolitana el sábado 15 de marzo pasado, tras los hallazgos de un campo de exterminio en Jalisco y en otras zonas del país. El clamor de justicia de los colectivos de buscadores no es indiferente a la Iglesia, quien ha renovado su compromiso con la verdad.